Marcelo Duclos,
“Estoy dispuesta, una vez más, a aceptar el desafío de debatir en unidad”, así, desde sus redes sociales, Cristina Fernández de Kirchner reconoció sus intenciones de presidir el Partido Justicialista, el cual se encuentra acéfalo luego de la renuncia del impresentable de Alberto Fernández. Para ella, que lo puso ahí y en la presidencia del país, es momento de “enderezar lo que se torció y ordenar lo que se desordenó”. Claro que, como siempre, CFK no se hace cargo de nada, sino que por el contrario se erige como la salvadora.
De esta manera, el peronismo seguirá preso de la trampa en la que el mismo PJ se metió: CFK sigue siendo la mujer más poderosa dentro del espacio, pero también es la que más imagen negativa tiene hacia afuera. Hace tiempo el peronismo debió pensar en el largo plazo y buscar una renovación, aunque se pierda alguna elección coyuntural en el camino. El cortoplacismo los llevó a una nueva encerrona, ya que todo parece indicar que CFK no contará con un contrincante que pueda darle batalla dentro del partido.
Sin eufemismos, el que reconoció que la situación es un pésimo negocio para la misma oposición es el jefe de Gabinete de Javier Milei, Guillermo Francos. El funcionario aseguró que la decisión de CFK no le preocupa y que su arribo sería “una mala decisión para el justicialismo”. Lógicamente lo es.
Uno de los que se dio cuenta que cuestión no es una buena nueva para el peronismo es el diputado y exministro Florencio Randazzo. Poco después que Kirchner publicara su carta en las redes, el legislador subió una foto firmando su renuncia al partido. Para el diputado, CFK no tiene “el más mínimo pudor” ni “autocrítica”. También la acusó de “hipócrita” y de ser responsable del “peor gobierno desde el retorno de la democracia”.
Como era de esperar, aunque la expresidente ya tiene edad para solicitar la prisión domiciliaria, muchos repararon en la supuesta necesidad de los fueros ante la posible eventualidad de una condena firme. Cabe recordar que un tribunal de primera instancia la encontró culpable en la causa Vialidad y el mes que viene se expedirá casación. De volver a encontrarla responsable por los hechos que se le imputan, solamente quedará la instancia final de la Corte Suprema de Justicia.
De llegar a presidir el PJ y ser candidata el año próximo, el peronismo seguirá con el sello kirchnerista hasta nuevo aviso, lo que, sin ningún lugar a dudas, es una excelente noticia para el gobierno. Sobre todo, pensando en las elecciones de 2027, en las que Javier Milei seguramente se juegue su reelección. La desesperación de Cristina, por primera vez, en lugar de ser un daño puede ser un beneficio para Argentina.