sábado, noviembre 16, 2024
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Cristina Fernández se impulsa dentro del escenario político; Alberto Fernández debilitado

Silvina Bakatis prestó juramento este lunes como nueva ministra de Economía tras la renuncia de Martín Guzmán. La economista llega en un contexto de crisis económica y política en el país. Después de más de un mes sin encuentros en persona, el presidente, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, finalmente se reunieron este lunes. El presidente, debilitado, cedió ante la expresidenta sobre quien nombrar al frente de la cartera de Economía.
Silvina Bakatis fue nombrada nueva ministra de Economía de Argentina el domingo, tras la renuncia de Martín Guzman. Prestó juramento este lunes en un contexto económico sensible, ya que los mercados habían reaccionado muy negativamente a la renuncia del ahora exministro.
Este martes, las acciones argentinas anotaban caídas del 5%, mientras que los bonos soberanos se hundían 10%, con un índice de riesgo de 2.587 puntos básicos, un nivel que no se registraba desde junio de 2020, cuando Argentina aún no había logrado reestructurar su deuda.
Guzmán, que era respaldado por el presidente, renunció el sábado ante la falta de respaldo político a su plan para bajar el déficit fiscal y controlar la inflación. Es un nuevo golpe para el mandatario, que ya ha sufrido la partida de otros funcionarios de su estrecha confianza, como la del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Silvina Batakis, apoyada por Kirchner, es ex ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires y ocupaba el cargo de Provincias del Ministerio del Interior. Su designación, con el apoyo de la expresidenta, sugiere un avance en la influencia de Kirchner en los asuntos del Gobierno.

Batakis explicó que trabajará en la continuidad del programa económico del Gobierno de Fernández, que fue particularmente definido por el acuerdo que el exministro de Economía negoció con el FMI para refinanciar la deuda de 45.000 millones de dólares del país. Un punto clave del acuerdo fue la búsqueda de un equilibrio fiscal, aspecto que la expresidenta criticó repetidamente, pero que la nueva ministra dijo querer consagrar.
Tensión entre Fernández y Kirchner 
En las elecciones presidenciales de 2019, Cristina Fernández de Kirchner, con altos niveles de rechazo en algunos sectores de la sociedad, aunque ampliamente respaldada en otros, se presentó como vicepresidenta de Alberto Fernández, lo que para muchos fue una forma de permanecer en el poder en la sombra.
Sin embargo, la unidad de la alianza entre Fernández y Kirchner se fragilizó a finales de 2020, con la expresidenta criticando públicamente al Gobierno. El año pasado, el peronismo tuvo sus peores resultados en las legislativas y la tensión entre los dos políticos creció.
Kirchner siempre mostró su desacuerdo respecto al acuerdo entre el Gobierno y el FMI y criticó fuertemente la política económica del exministro Guzmán, hasta que este renunció por falta de apoyo.
En las últimas semanas, la tensión entre Kirchner y Fernández creció tanto, que dejaron de reunirse presencialmente, hasta que el presidente la llamó el pasado domingo tras la renuncia de Guzmán.
Para Rosando Fraga, analista político e historiador, «está clara la derrota política del presidente con la salida de Guzmán y la llegada de Batakis», con larga experiencia en la administración pública y más afín a las políticas populistas del kirchnerismo. «La vicepresidenta no gobierna, pero tiene creciente influencia en el poder», agregó.
Una crisis económica que perdura
Batakis deberá hacer frente a la elevada inflación de Argentina, que se aceleró al 60,7% interanual en mayo pasado, minando aún más el poder de compra de los argentinos. En marzo, los precios de los alimentos subieron un 7,2%, el agua y la electricidad un 7,7% y los precios de la ropa un 10,9%.
La guerra en Ucrania es uno de los factores que puede explicar esta inflación, pero no es la única responsable. La situación social del país ya se había agravado considerablemente por la pandemia de Covid-19. Además, el país todavía no ha podido recuperarse de la gran crisis económica de 2001.
Más de un tercio de la población vive bajo la línea de la pobreza y Argentina vive al ritmo de los pagos de la deuda, que se acompañan de medidas de austeridad. El expresidente Mauricio Macri ya había pedido un préstamo de más de 45.000 millones al FMI, el más importante de la historia de la organización.
«Los altos niveles de inflación, la caída de las reservas internacionales, el aumento de la deuda en pesos y la necesidad de reducir el déficit fiscal para cumplir con los objetivos acordados con el FMI representan grandes desafíos que la nueva ministra deberá enfrentar», dijo el analista principal de Moody’s para Argentina, Gabriel Torres.
La reunión entre Fernández y Kirchner marcó una frágil reconciliación entre ambos campos, que necesitarán trabajar de la mano para hacer frente a todos estos desafíos y al creciente descontento de la población.

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