Cristina Fernández de Kirchner declaró como imputada en la causa “dólar futuro”, donde se le investiga por administración fraudulenta durante su gestión al frente del Poder Ejecutivo, en el que hoy se encuentra como segunda. En su presentación vía Zoom, la vicepresidente decidió patear el tablero.
La exmandataria utilizó su declaración como un discurso político y atacó a los jueces del tribunal, asegurando que el Poder Judicial es una corporación que juega políticamente. Los acusó de ser una entidad colectiva con intereses propios, que colaboró con que Juntos por el Cambio gane las elecciones en 2015. Hasta se animó a achacarles el fracaso económico del macrismo y los responsabilizó por la dura situación actual:
“Ustedes, el Poder Judicial, contribuyeron para que ganara Mauricio Macri. Ustedes son responsables de lo que está sufriendo la gente”, dijo sin eufemismos.
También insistió con la teoría del “lawfare” y amenazó a los jueces con una crisis política que termine “revisando” todo el Poder Judicial: “Estamos en un momento muy grave institucional de la Argentina, no pueden seguir comportándose como una corporación, va a llegar un momento de crisis tan grave que va a ser revisado la totalidad del poder. No es sano el ejercicio del poder con funcionarios que parecen una aristocracia”, aseguró.
Hasta el momento, las referencias sobre la necesidad de “barajar y dar de nuevo” en el sistema judicial, eran de los comunicadores “clase b” del kirchnerismo. Alberto Fernández se animó a llegar hasta el punto de decir que la justicia “funciona mal”, por lo que se necesitan cambios, pero siempre se desligó de los que arremeten contra la Corte Suprema de Justicia. Que Cristina Kirchner lleve la voz cantante del extremismo, en medio de una causa que la investiga, quiere decir una sola cosa: ve condenas en su futuro, por lo que considera pertinente “patear el tablero”.
El problema que tiene es que la oposición, afortunadamente, es intransigente en este sentido y se abroqueló detrás del Poder Judicial, defendiendo la independencia de la que el kirchnerismo descree. Pero, además, en el peronismo no todos están dispuestos a ir en esta dirección. Este sector es el destinatario del mayor odio de Cristina Kirchner. En su fuero íntimo, considera que cada día que pasa su situación judicial se complica más y más. Ella quisiera que el justicialismo en su conjunto salga a romper junto al kirchnerismo duro. La peor sospecha de Kirchner tiene que ver con un peronismo “ganando tiempo” para que la justicia se las saque del medio. Pero la desesperación en política no es buena consejera. Y CFK, con respecto a su frente judicial, ya empieza a mostrarse algo desesperada. Su discurso/declaración de hoy da muestras de esto.
«Cínica, hipócrita, caradura»
La oposición en su conjunto salió a criticar las palabras de Kirchner, pero el que fue más claro con la cuestión de fondo fue el precandidato a diputado José Luis Espert. El economista liberal recordó que en los dos mandatos de Cristina Kirchner el déficit fiscal se fue por las nubes, motivo por el cual surgieron todos los desajustes monetarios y excesos de deuda. «Merece la misma investigación criminal, o peor, que le iniciarán a Macri por endeudarnos», aseguró.
Fuente: PanamPost