El macrismo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lleva 16 años de gobierno consecutivos. Aunque ya la relación personal no sea la misma, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta tienen algo con común. Ambos piensan que CABA “es del PRO”. Como si se hubieran comprado la ciudad para ellos y las elecciones fueran un trámite administrativo. Casi como Gildo Insfrán en la provincia de Formosa.
Lo cierto es que si uno mira los logros, no hay demasiado como para destacar. Se incrementaron los impuestos, aumentó el tamaño del Estado municipal exponencialmente, la ciudad está sucia y se trata de un distrito con serios problemas de seguridad. Ante este diagnóstico, es lógico preguntarse como hicieron para ganar cuatro elecciones ejecutivas consecutivas. La respuesta es simple: hasta la aparición de Javier Milei, el macrismo disfrutó del monopolio de la representación “antikirchnerista”.
Claro que este monopolio, como la mayoría, no se trató de uno natural o virtuoso, producto de la mejor oferta del mercado, en este caso electoral. Los que conocemos de cerca la política porteña vimos como se desarticuló o se compró con espacios de poder dentro de la estructura “amarilla” cualquier alternativa política local. Solamente hay que recordar las palabras del exopositor y actual aliado de Larreta, Martín Lousteau, que dijo que el actual jefe de Gobierno, “todo lo que puede comprar, lo compra“.
Para las elecciones de este año, que podrían arrojar un resultado que signifique las dos décadas del PRO gobernando, la propuesta oficialista municipal es la candidatura de Jorge Macri. Actual intendente de licencia de Vicente López. Detrás de su postulación hay varios vicios de corte kirchnerista. Para empezar, se trata de un candidato que reconoció él mismo que no sería honesto cambiar de distrito no hace mucho tiempo. Pero, sin mencionar la nula alternancia en el poder, lo más cuestionable es que Macri, primo del expresidente, no cumple con los requisitos para ser candidato.
Por estas horas, su postulación ya tiene dos impugnaciones en la justicia. Una de un sector disidente de la Unión Cívica Radical y otro de la izquierda. Argumentan, con lógica, que la cuestión del domicilio no corresponde con lo que indica la ley. Para ser candidato a jefe de Gobierno, hace falta “ser nativo/a de la Ciudad”, requisito que no cumple Macri, que nació en la provincia de Buenos Aires, en Tandil, como su primo Mauricio. Claro que CABA tiene otra posibilidad para los que no nacieron en el distrito. “Poseer una residencia habitual y permanente no inferior a los cinco años anteriores de la fecha de la elección”. Claro que esto tampoco lo cumple, ya que desde 2011 es intendente de Vicente López.
¿Qué argumentará el equipo legal de Macri para desarticular la impugnación? Que a pesar de no haber vivido los últimos cinco años en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a lo largo de su vida, en otros tiempos, el candidato sí vivió más de ese período requerido en el distrito. Claro que esto no tiene el más mínimo sentido ni validez. Por algo la letra de la ley dice “a los cinco años anteriores”. La sola mención a la necesidad de que sean los “anteriores” se contradice con el argumento de darle validez a otros cinco años previos. Si alcanzara con haber residido en CABA durante cinco años, en cualquier momento, la letra de la ley diría “poseer una residencia habitual y permanente no inferior a cinco años”. Sin ninguna mención a “los” o la cuestión de los “anteriores”. Por algo dice “anteriores”, ya que todos los acontecimientos de las personas antes de determinado hecho son de facto “anteriores”. Es claro que la referencia aquí es a los anteriores inmediatos. Es decir, los últimos cinco años.
Seguramente el tema se resuelva en la Corte Suprema de Justicia, pero es llamativo que el espacio político más poderoso del distrito capitalino haya siquiera inscripto esta candidatura imposible desde lo legal. Esperemos que el fallo sea acorde a la Constitución y no una resolución política que justifique lo inexplicable. Lamentablemente, si la candidatura ya fue registrada y no hay tiempo para volver atrás, las sospechas sobre un eventual resolución política y no jurídica está presente. Jorge Macri no puede ser candidato a jefe de Gobierno en esta elección.