sábado, septiembre 7, 2024
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¿Cuánto puede dañar la astilla del mismo palo?

SONIA SCHOTT,

Ya lo dice el refrán: “no hay peor astilla que la del mismo palo”, sino que lo diga el presidente Joe Biden, quien se enfrenta a un desafío personal de enormes repercusiones políticas por la carga emocional que representa para él.

Hunter Biden, su hijo, ha sido acusado formalmente, el pasado 14 de septiembre, de cargos relacionados con la posesión ilegal de un arma, mientras consumía drogas y su padre ahora es objeto de una investigación de juicio político republicana, centrada en las acusaciones de que el mandatario estuvo involucrado, en los “cuestionables” negocios de su vástago con socios chinos y ucranianos.

El presidente de la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, Kevin McCarthy, presionado por un sector de derecha de su partido, cada vez más feroz, anunció una investigación formal para ejercer presión sobre la administración Biden.

Se ha aplicado la misma fuerza, conservadora, al Departamento de Justicia para que acuse al hijo de Biden de delitos federales.

En principio, se había llegado a un acuerdo según el cual Hunter Biden se habría declarado culpable de un delito menor y habría recibido una multa, pero antes de que se secara la tinta del acuerdo, un juez lo anuló y ahora ha sido acusado de tres delitos y podría ser sentenciado a 25 años de prisión, si es encontrado culpable.

Una encuesta de agosto pasado de The Economist/YouGov revelo que “el 66% de los estadounidenses tiene una opinión muy o algo desfavorable de él, y el 17% tiene una opinión muy o algo favorable” y casi tres de cada cuatro estadounidenses (72%) dicen que Hunter Biden se ha beneficiado de las posiciones de su padre en el gobierno.

Sin embargo, los consultados también admiten que “los hijos de los presidentes que se aprovechan de sus vínculos familiares no se limitan a Hunter Biden: “el 85% de las personas dice que los hijos adultos de los presidentes siempre o a veces se benefician de los puestos de sus padres en el gobierno” según la misma encuesta.

Ahora bien, ese cambio de suerte para Hunter Biden, se ha reflejado en la decisión de los republicanos en la Cámara para iniciar una investigación de juicio político contra el presidente, y es que hay un hecho concreto: Hunter Biden, ganó una cantidad importante de dinero, proveniente de negocios en el extranjero y ya es objeto de una investigación penal.

Las transacciones están siendo objeto de un renovado escrutinio.

McCarthy acusó a la familia Biden de “una cultura de corrupción” aunque todavía hay poca evidencia que demuestre que Biden padre, haya apoyado los negocios de su hijo, lo cual sitúa la carga de la prueba del lado republicano.

Entre tanto, en una entrevista con Fox News, el expresidente Donald Trump dijo que, tras los múltiples cargos presentados en su contra, la venganza de los republicanos contra los demócratas puede haber influido en la determinación de intentar destituir a Biden.

Por su parte, McCarthy debe saber que tiene pocas posibilidades de lograr que el juicio político sea aprobado en la Cámara y ninguna posibilidad de persuadir al Senado controlado por los demócratas para que apruebe el proceso, lo cual sugiere que es una movida política sin mucho futuro.

Pero, toda esta situación imprime volatilidad y falta de confianza en las elecciones.

Los votantes como nunca están sintiendo una creciente reticencia a elegir a cualquiera de los dos candidatos, que por ahora son, Biden y Trump.

Si esto sucede, durante los próximos nueve meses las cifras de las encuestas podrían comenzar a mostrar algunos cambios dramáticos en la opinión pública.

¿Serviría la situación para crear un impulso significativo para abrir paso a un nuevo liderazgo?

¿De dónde vendría alguien que tenga la capacidad y visión para ofrecer una alternativa?

Ya hay muchos candidatos republicanos en la carrera, pero ninguno de ellos todavía ha demostrado, que tiene el poder o la popularidad para reemplazar a Trump. Y en el caso de Biden, no hay ningún rival real.

Incluso, si una proporción significativa de los electores se desilusiona con los principales contendientes a la Casa Blanca en 2024, ¿es posible que no voten en absoluto?

Esto sería un factor debilitante para la democracia estadounidense.

Si las actuales divisiones y adversidad política entre los dos partidos continúan hasta el día de las elecciones, es difícil imaginar cómo el próximo presidente podrá unir al país.

Fuente: Diario las Américas

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