Cuando una población sufre una crisis de natalidad, se crea un efecto dominó que termina afectando a distintos factores de la sociedad. Con el ya comprobado descenso de nacimientos en Cuba, surgen entonces una serie de problemas que terminan siendo contraproducentes para el propio régimen castrista, como por ejemplo, la cantidad de integrante de su ejército.
Eso es lo que está ocurriendo actualmente. Las camas de los cuarteles de algunas divisiones lucen vacías, al igual que los comedores (cuya comida es de mala calidad). Los pocos jóvenes que aún cumplen con el servicio describen los vestigios de las unidades que en el pasado fueron promocionadas por Raúl Castro cuando era ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)
Las FAR muestran un enorme declive desde los más de 200.000 efectivos que poseía antes de la caída de la Unión Soviética. Pero lo que alguna vez fue uno de los ejército poderosos de América Latina, hoy es solo un recuerdo tras el colapso del bloque comunista. Según el portal Global Firepower, Cuba ocupa actualmente el puesto 68 de 145 en la clasificación de fuerza militar, mientras que se estima que ahora solo posee 45500 miembros activos. De la mano de esos números, hay testimonios de jóvenes soldados sobre las ruinas de los componentes armados.
Un ejército sin recursos
Abdiel, de 20 años, terminó su Servicio Militar Activo (SMA) en el Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), una división encargada de tareas agrícolas. Él describió este tiempo al portal 14 y Medio como un año de su vida “sin hacer nada”. No había combustible ni equipos para las tareas de fumigación que hace dicho componente y desde el primer día los jefes les hicieron saber “que había poca comida y que podíamos ir a comer a la calle y dormir en nuestras casas porque eso le ahorraba recursos a la revolución”.
En la ETJ también están destinados a trabajos de infraestructura. “Debemos ocuparnos de reparar las líneas de trenes, pero no hay casi recursos ni gente para hacerlo”, contó. Sus palabras son una de las muchas consecuencias que deja el comunismo. De tanto enarbolar un supuesto “poder para el pueblo”, terminan quebrando a la sociedad, a la fuerza de trabajo, a los medios de producción y a todo un país que se queda sin recursos.
Además, la isla se está quedando vacía en términos poblacionales, tal como lo indicó el demógrafo Juan Carlos Albizu-Campo en un estudio reciente, al detallar que solamente entre 2022 y 2023 hubo una reducción de 18 %, hasta ubicarse en 8,62 millones de personas. Eso marcaría un descenso mucho más acelerado de lo que había estimado en el año 2017 el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington respecto a que en el año 2100 la población caería a 4,52 millones. Eso sin mencionar el éxodo, el cual entre octubre de 2021 y abril de 2024 fue de 738.680 cubanos ingresando a territorio estadounidense, según autoridades migratorias de ese país.
Para lo único que parecen servir los reclutas es para llenar actos oficiales debido a una población hastiada de seis décadas de dictadura. Tal como retrata el portal cubano, “los llevan vestidos de civil para ‘hacer bulto’”. Sin embargo, esta decadencia no es nueva, por el contrario, ha sido progresiva. Para el año 2017 un soldado apenas ganaba menos de dos dólares al mes, mientras que algunos ya buscaban zafarse del servicio militar por la poca calidad de vida que el oficio les ofrecía. Otra consecuencia más de vivir en dictadura.