MIAMI— El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) contabilizó 619 protestas públicas en Cuba en octubre de 2023, un mes en que Miguel Díaz-Canel y otros de sus ministros confirmaron que todo anda mal y andará peor, pero siguieron pidiendo “resistencia creativa” a un pueblo que “ya no puede más”, como expresaron mujeres de Maisí, Guantánamo, en una airada protesta por falta de agua y comida en la que bloquearon una carretera con bidones vacíos.
El mes fue marco para que las manifestaciones de descontento por la inseguridad alimentaria encabezaran las categorías (132): “Nos están matando de hambre y sed” gritaron las madres de Maisí. Otra cubana se quejó: “Hoy mismo en mi casa no amaneció nada, ni arroz ni nada” Una mujer de Santiago de Cuba que gana 1500 pesos mensuales increpó al gobernante cubano: «¡Entrega esta m… Díaz-Canel! Nos estás matando lentamente. Yo no puedo más», dijo.
Díaz-Canel fue también recriminado por la muerte de tres personas, incluidos dos trabajadores de rescate, al ocurrir dos derrumbes sucesivos en un edificio de La Habana Vieja. El suceso puso de relieve el problema del déficit de viviendas y la condición inhabitable de muchas, con el que el gobierno prácticamente se ha lavado las manos.
En el área de la salud pública resaltó en el período la cantidad de pacientes, incluidos niños, que necesitan cirugías y les dicen simplemente que no hay recursos o especialistas para operarlos. El diario español El País centró en esos casos un reportaje que describe el estado calamitoso de la llamada potencia médica.
La reciente ola de violencia social e inseguridad ciudadana motivó en octubre más de un centenar de protestas. Se llegó a 71 feminicidios en lo que va de año, once de ellos en octubre, pero solo se ha anunciado la condena de un victimario. El OCC contabilizó otros 13 asesinatos en el período. Abundaron denuncias de personas desaparecidas, otras ultimadas para robarles, y jóvenes muertos en ajustes de cuentas o riñas, incluido un escalofriante video de una pelea a machetazos en el Malecón de La Habana.
En el área de derechos civiles y políticos se documentaron 104 denuncias de actos represivos en las cárceles y en las calles, pero también 80 manifestaciones de desafío al Estado policial, incluyendo la protesta de Maisí, cacerolazos, emplazamientos al gobierno en las redes por parte de mujeres sencillas, protestas en las prisiones, memes sobre las excusas de los ministros, artículos atrevidos en medios oficiales, y respuestas al apoyo brindado por el gobierno de Cuba al grupo terrorista Hamas a raíz de la masacre del 7 de octubre contra civiles israelíes.
Las 619 protestas registradas por el OCC en octubre superaron por 30 a las 589 compiladas en el mismo mes de 2022. En el crucial mes de julio de 2021 se produjeron 585.
De las 619, 423 (68.33 %) estuvieron vinculadas a Derechos Económicos y Sociales, y 196 (31,66 %) a Derechos Civiles y Políticos. La provincia más activa fue La Habana con 206 entradas, seguida por Villa Clara (33), y Holguín (29).
Tres categorías sobrepasaron el centenar de protestas: Alimentación, Inflación, Agricultura (132); Inseguridad Ciudadana (116) y Actos Represivos (112). Los derrumbes y otros problemas de vivienda dieron lugar a 43 protestas, más del doble de las 18 registradas en septiembre.
El “conflictómetro” de octubre expone varias denuncias sobre pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) que son propiedad de miembros de la élite de poder o sus testaferros. Otras dan cuenta de que la policía ya ha lanzado un primer operativo contra una veintena de “mipymeros” aparentemente no “enchufados” que habían acumulado alguna riqueza.
En sus Puntos a considerar para el futuro inmediato el informe del OCC destaca que las protestas compiladas por el OCC en octubre y los meses anteriores, demuestran un creciente resentimiento contra la élite de poder, no ya en boca de opositores o intelectuales, sino de personas sencillas que gracias a las tecnologías modernas y al trabajo de activistas y periodistas independientes y del exilio han podido constatar de primera mano los privilegios y la doble moral de la cúpula. Por otra parte, economistas librepensadores han coadyuvado a crear una conciencia sobre la escandalosa desproporción entre las inversiones que benefician al pueblo y las que hace el grupo militar GAESA en beneficio de la élite.
Esa brecha concluye diciendo el OCC promete ahondarse mientras más imposible se siga tornando la vida del cubano común bajo un sistema fallido y un gobierno impenitente.