LA HABANA.- El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2022, elaborado por la ONG Transparency International, ubicó a Cuba en la posición 65, de 180 países, reseña el portal CubaNet.
Cuba solo consiguió 45 puntos sobre 100 (siendo uno la mayor corrupción y 100 lo más transparente), e incluso cayó un punto con respecto al 2021.
En el listado Dinamarca (90) ocupa el primer lugar en el índice del 2022, y Finlandia y Nueva Zelanda se ubican muy cerca, ambos países con una puntuación de 87.
La solidez de las instituciones democráticas y el respeto de los derechos humanos también hacen que estos países estén entre los más pacíficos del mundo, según el Índice de Paz Global, destaca el documento.
Mientras que Sudán del Sur (13), Siria (13) y Somalia (12), se encuentran en los últimos puestos.
El reporte indica que, a pesar de los esfuerzos concertados y los logros obtenidos con esfuerzo por parte de algunos, 155 países no han logrado avances significativos contra la corrupción o han disminuido desde 2012.
“La corrupción, el conflicto y la seguridad se encuentran profundamente interrelacionadas. El uso indebido, la malversación o el robo de fondos públicos pueden afectar a las mismas instituciones que están a cargo de proteger a los ciudadanos, asegurar la vigencia del Estado de derecho y preservar la paz privándolas de los recursos que necesitan para cumplir ese mandato. Las organizaciones terroristas y de criminalidad suelen contar con la complicidad de funcionarios, autoridades de aplicación de la ley, jueces y políticos corruptos, lo cual les permite alcanzar sus objetivos y actuar con impunidad”, se lee en el documento.
En cuanto a la corrupción en Cuba, mediante la prensa independiente y las redes sociales se ha sabido de los negocios sin transparencia del emporio militar GAESA. Así como se ha descubierto el financiamiento de negocios a través de entidades estatales como el CENESEX, en el caso de Mariela Castro; de la nieta de Raúl Castro, Vilma Rodríguez Castro; del actual ministro de Economía, Alejandro Gil, cuyos hijos tienen cargos públicos por nepotismo; de la empresa ALCONA, dirigida por Guillermo García Frías y gestionada por sus descendientes con absoluta discrecionalidad y opacidad.
Este panorama demuestra la ausencia de control público sobre los que han dirigido o dirigen actualmente el país, así como los gastos que representa la vida de lujos que se dan los familiares de los dictadores Fidel y Raúl Castro.