Anualmente, en el mes de septiembre, los presidentes de EEUU deben decidir si prorrogar o no estas sanciones a La Habana bajo una regulación a la que el entonces presidente John F. Kennedy recurrió en 1962 para imponer el embargo económico sobre La Habana y que desde entonces han renovado, año tras año, los nueve mandatarios siguientes.
La renovación de la Ley de Comercio con el Enemigo amplía al máximo la autoridad del presidente para administrar el embargo al régimen de la Isla y autorizar determinadas transacciones.
En 2000, una exención del embargo aprobada por el Congreso estadounidense autorizó la venta de alimentos, productos agrícolas, medicinas y equipos médicos a Cuba, siempre que La Habana pagara por adelantado y en efectivo.
Durante esa década fueron frecuentes los reportes en la prensa estadounidense sobre el valor de las exportaciones de alimentos y productos agrícolas a La Habana, y EEUU se convirtió en uno de los principales proveedores de la Isla.
Recientemente, ante pedidos de levantar las restricciones a La Habana por la emergencia del COVID-19, el Gobierno de EEUU aclaró que el país ha exportado a Cuba en las últimas dos décadas billones de dólares en medicinas y equipos médicos, y añadió que existe «desinformación» sobre las sanciones impuestas a La Habana.
Aunque el régimen cubano negó que EEUU le haya vendido medicamentos, reconoció que sí adquiere fármacos de EEUU a través de terceros países, o como reventa, algunos productos para enfermedades específicas.
EEUU también es el principal suministrador de carne de pollo actualmente. Según explicó el economista Pedro Monreal, en su cuenta en la red social Twitter, «las exportaciones de carne de pollo de EEUU a Cuba registraron en julio un notable incremento de 136% en el valor y de 132% en las toneladas, en relación con el mes anterior».
Fuente: Diario las Américas