Daniel Ortega sólo quiere que se hable de él y para manipular la realidad de Nicaragua a su favor, se ha hecho dueño de un emporio mediático con el financiamiento de Petróleos de Venezuela (PDVSA), asegura Reuters.
Su aparato comunicacional incluye medios privados y privados que dan cuenta de que su gobierno «mantiene su hegemonía comunicacional a través de un oligopolio”, afirma Diario Las Américas.
La propaganda estatal diseñada y difundida a su antojo le ha permitido gobernar desde 2007 y esquivar las consecuencias mediáticas de las protestas en su contra, cuya represión suma 325 muertos, más de 700 detenidos y al menos 50 000 exiliados desde hace dos años, analiza El Tiempo.
Un inicio sospechoso
Los primeros pasos para consolidar su poder mediático comenzaron con la compra del Canal 8 de Nicaragua en 2010. Se designó como director de la estación a Juan Carlos Ortega Murillo, hijo del mandatario y bajo sus órdenes, el canal impuso las “buenas noticias” sobre el gobierno de su padre, según varios exempleados de la emisora.
Según documentos tributarios, el canal es propiedad de Yadira Leets, esposa de Rafael Ortega, otro hijo del mandatario y esta participación propició una “estrategia mediática que durante la última década ha saturado las ondas, los quioscos y las pantallas de los teléfonos inteligentes del país centroamericano con cobertura progubernamental”, afirma Reuters.
El cerebro de la maniobra
Rosario Murillo, esposa de Ortega es pieza clave en el negocio mediático. Ella ha sido la “jefa de comunicación del presidente” desde 2007 y desde su cargo se ha asegurado de «una cobertura positiva y el control absoluto de la propiedad de los medios por parte de Ortega y sus aliados”, indica la agencia.
Murillo, su familia y socios cercanos han obtenido “la propiedad o la gestión administrativa de al menos una docena de canales de televisión, estaciones de radio y sitios de noticias en línea”.
Sus habilidades con los medios, el inglés y francés también los aplicó en el imperio mediático al centralizar los presupuestos publicitarios de todos los ministerios y tomar el control de sus comunicaciones.
“Ella es como la cabeza de un pulpo, sus hijos los tentáculos”, describe el reporte.
Excusa estatal para dominar
Reuters destaca también que la dinastía Ortega controlan la emisora de televisión Canal 6, la cadena nacional Radio Nicaragua y portales de noticias en línea como El 19 Digital.
A raíz de estos negocios, Ortega dirige “grandes sumas de dinero” porque “han creado un sistema en el que el dinero sale del presupuesto nacional, pasa por sus posesiones y todo se queda en sus bolsillos”, opinó Alfonso Malespín, especialista en medios de la Universidad de Ciencias Comerciales en Managua.
Y no se equivoca. El sandinista aumentó diez veces el gasto estatal en publicidad, según datos recopilados por Media Gurú, una consultora publicitaria citada por la agencia.
Una copia del chavismo
El plan de Ortega es similar al del chavismo: “adoctrinar” a la población porque “ellos estaban interesados en ser dueños de toda la cantidad de radiodifusoras que podrían comprar, así como de las televisoras que operan en Nicaragua y más allá”.
Entre 2000 y 2010 gastó aproximadamente 2.6 millones de dólares al año en publicidad. Para 2019, la cifra se disparó a 29 millones de dólares anuales.
Pero “si se respetara el Estado de Derecho habría acusaciones penales y demandas civiles, con personas arrestadas y empresas cerradas o confiscadas”, dijo Alberto Novoa, exprocurador general a Reuters.
Chavismo en el negocio
Con fondos proporcionados por el régimen chavista, ha sido posible la compra de medios, que además de Canal 8 y Radio Ya, possen las señales de Canal 4, Canal 13 y Canal 22, todos también administrados por hijos de Ortega.
Una quinta estación, Canal 2, también es propiedad de un socio, según personas familiarizadas con el medio, y los Ortega manejan su área de noticias.
La fachada para el financiamiento de las adquisiciones es Albanisa, un “holding comercial de Centroamérica”, afirma Connectas. Según el medio, Petróleos de Venezuela es propietaria del 51% de las acciones y calcula que, en ocho años, Ortega manejó a través de Albanisa 3 047 millones de dólares provenientes del régimen para su emporio mediático.
“El trasfondo de este negocio es político. Dos aliados ideológicos y geopolíticos, el sandinismo y el bolivarianismo, sellaron su pacto con acuerdos de cooperación”, asegura el portal.
“El esquema que sirvió de marco al acuerdo establecía que Nicaragua pagaría 50% de la factura petrolera a 90 días y el otro 50% se pagaría en términos concesionales pactados a más de 23 años de plazo, con dos de gracia”.
Pero Ortega hasta ahora “no ha entregado nunca una contabilidad completa del financiamiento ni de cómo gastó el dinero, que equivale a un tercio de la producción económica anual de Nicaragua”.
Lo único claro es que el “emporio” de Ortega fue “apalancado con fondos públicos y activos venezolanos”, asegura el medio.
Un banco entre amigos
Los negocios entre Ortega y Maduro incluyen además un banco. La Asamblea Nacional de Nicaragua le aprobó la compra por unos 23 millones de dólares, del banco Bancorp, señalado de manejar fondos de la petrolera estatal venezolana PDVSA en la nación centroamericana, divulgó Infobae.
La operación se procesó como un «trámite de urgencia» y fue aprobada por los legisladores del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), reseñó el medio.
Esta entidad pertenecía como una subsidiaria a Albanisa y provocó indignación en los adversarios a Ortega porque «comprar un banco que está contaminado por el dinero de PDVSA es una medida desesperada, equivocada que expone al Estado a sanciones de Estados Unidos», fustigó la ex ministra de comercio de Nicaragua, Azucena Castillo.
Un desenlace peligroso
La impunidad que rodea a las transacciones tiene sus días contados, sostiene Horacio Medina, exgerente de PDVSA. Para él “los días de Ortega comienzan a correr cuando Maduro caiga porque quedará en una debilidad tremenda”.
A su juicio, “saliendo el régimen de Maduro, la salida de Ortega es automática”. Ese es el pronóstico que se asoma de la advertencia del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos que prevé que “el pueblo nicaragüense pronto será libre”.
Estados Unidos sancionó ya a familiares y asociados, entre ellos Murillo, y a los hijos de Daniel Ortega, Juan Carlos y Rafael.
En un comunicado de junio, el Departamento del Tesoro estadounidense anunció sanciones contra Juan Carlos por difundir “propaganda del régimen” y el año pasado, acusó a Rafael de ser “el administrador de dinero clave detrás de los esquemas financieros ilícitos de la familia Ortega”.
Opositores políticos, activistas de derechos humanos y la Unión Europea, consideran que Nicaragua es “más autocrática” bajo el dominio del clan Ortega.
Fuente: PanamPost