La 13.459 urnas cerraron a las 18H00 locales (00H00 GMT), tras once horas de votación, informó la televisión oficial. La jornada estuvo resguardada por unos 30.000 militares y policías y transcurrió sin mayores incidentes, con la oposición clamando un enorme abstencionismo y el oficialismo una gran participación.
El senador Marco Rubio dijo que el resultado de las elecciones no es ninguna sorpresa. “El corrupto régimen Ortega-Murillo ha hecho todo lo que está en su poder para socavar, faltar al respeto y desatender el proceso democrático en Nicaragua. Hoy, honramos y rendimos homenaje a líderes valientes como Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Arturo Cruz y Cristina Chamorro, quienes permanecen injustamente detenidos por intentar correr contra el dictador Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
“Mientras la dinastía autoritaria Ortega-Murillo aspira a perpetuar su control del poder, Estados Unidos y la comunidad internacional deben ser inflexibles en su condena de los resultados. Los aliados democráticos no pueden hacer la vista gorda ante organismos multilaterales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y ser cómplices de la farsa de mañana «, dijo Rubio.
Llamado al no voto
Varios sacerdotes católicos pidieron a sus fieles quedarse en casa y no participar de la «farsa electoral» de este domingo en Nicaragua, en unos comicios donde el presidente Daniel Ortega se encamina a obtener un cuarto mandato consecutivo, con sus rivales detenidos.
«Por la iglesia perseguida, porque los obispos y sacerdotes no somos hijos del diablo, ni golpistas, ni terroristas, por los encarcelados, exiliados y desempleados, por los que han muerto pidiendo libertad: Nuestro dactilar estará limpio», se lee en una manta en el altar de la iglesia Magdalena del rebelde barrio Monimbó de Masaya, 34 km al este de Managua, donde oficia misa el sacerdote Pedro Méndez.
Una foto de la manta fue ampliamente difundida en redes sociales. El dactilar limpio hace referencia a la tinta que se coloca en el pulgar derecho del ciudadano tras votar.
Las críticas de sacerdotes de distintas parroquias del país se dieron durante una jornada de votación que, de acuerdo con el propio Ortega, permite decidir entre «la confrontación o la paz».
«Quedarse en casa orando y no participar de esta farsa electoral», sugirió a los fieles el padre Vicente Martínez, de la iglesia Santa Lucía, en ciudad Darío, Matagalpa (norte).
«Si nos prestamos a este circo nos estaríamos olvidando de las víctimas de abril de 2018», dijo a la prensa, en alusión a más de 300 muertos que dejaron las manifestaciones contra el gobierno que fueron reprimidas por fuerza, según organismos humanitarios.
Mientras el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, denunció que los empleados públicos eran «obligados» a votar por Ortega, con la amenaza de ser despedidos si no acatan.
Con una posición opuesta, el obispo de León, René Sándigo, asistió a su centro de votación.
Pese a las constantes alusiones religiosas que durante sus discursos realiza la vicepresidenta y esposa del presidente Ortega, Rosario Murillo, las relaciones entre el gobierno y la iglesia Católica son tensas.
Especialmente tras las manifestaciones de 2018, cuando la jerarquía católica jugó un rol mediador en un diálogo fallido que buscaba poner fin a la crisis política, que aún persiste.
Ortega ha llamado «golpistas» a los clérigos, y los acusa de haber convertido los templos en «refugio de terroristas», como llama a los manifestantes, que según él, pretendían darle un golpe de Estado con apoyo de Estados Unidos.
Ortega, que cumple 76 años el jueves, en un mensaje a la nación tras acudir a votar, arremetió contra los opositores, a quienes acuso de promover «el terrorismo» y conspirar contra la paz.
«Este día (estamos) desafiando a los que promueven el terrorismo, financian la guerra, a los que sembraron el terror (…) aunque se vistan como se vistan son demonios, que no quieren paz, tranquilidad y osan por la descalificación, por la calumnia», arengó.
Fuente: Diario las Américas