El presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Kelly, dijo hace poco que alrededor de 100.000 soldados rusos y 100.000 ucranianos habrían muerto durante la invasión de Rusia a Ucrania.
Estas impresionantes cifras sobre víctimas de la guerra parecen haber hecho pensar al presidente Joe Biden lo impensable.
Durante la reciente visita de estado a Washington del presidente francés, Emmanuel Macron, Biden insinuó que estaría preparado para hablar con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, pero solo si este quisiera hablar seriamente sobre el fin de la contienda.
Por el momento, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania representa un desafío apremiante para Biden y la alianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dadas las condiciones invernales que se aproximan.
Se debería entonces propiciar conversaciones con Moscú, para tratar de poner fin al sufrimiento del pueblo ucraniano o debería Occidente, bajo el liderazgo de Biden, continuar armando a Ucrania durante el tiempo que sea necesario para expulsar a las tropas invasoras de Putin.
El riesgo resultante del comentario de Biden durante la cena en La Casa Blanca, en honor a su aliado francés, podría dar la errónea impresión a Kiev de que Washington está listo para capitular frente a Moscú, ignorando la destrucción y la inestabilidad que ha causado la invasión rusa.
Ahora bien, Biden se cuidó de poner condiciones a cualquier posible conversación con Putin, aunque los titulares noticiosos solo informaran de que el mandatario estaba preparado sin más para tender una rama de olivo al líder ruso.
Obviamente para el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, la sola idea de que podría sentarse en la misma sala que Putin e intentar llegar a algún tipo de acuerdo negociado parece exagerado, pero no es la primera vez que la posibilidad de un diálogo entre ambas partes se asoma para abrir nuevas perspectivas.
Si Biden realmente cree que Putin podría buscar la paz en algún momento, entonces el único resultado posible sería la retirada total de las tropas rusas de Ucrania.
Y es que, a pesar de todos los reveses militares que ha sufrido Putin, desde el inicio de la invasión el 24 de febrero, parece poco probable que acepte un acuerdo que lo presente derrotado ante el mundo.
Por eso, es demasiado arriesgado, políticamente, para Biden, y en términos de mantener unida a la OTAN contra Putin que el líder de la alianza occidental plantee la posibilidad de conversaciones con Moscú, por lo menos en público.
La semana pasada, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, justificó los ataques misilísticos contra una infraestructura civil en Ucrania y desestimó la acusación de la OTAN de que los ataques representaban un crimen de guerra, y en cambio responsabilizó a Occidente por armar a las tropas ucranianas para combatir a soldados rusos.
Hay miembros de la Alianza Transatlántica, como el Reino Unido, que consideran que, si el principal diplomático de Rusia considera legítimo infringir sufrimiento a la población ucraniana con cortes de electricidad durante el invierno, entonces, ¿qué esperanza hay de que Putin se muestre conciliador y amante de la paz?
Y ¿cómo recibirá Putin una posible propuesta de Biden al diálogo?
Obviamente la propuesta de iniciar conversaciones sobre el cese de la invasión podría animar a otros líderes europeos para que comiencen a enfatizar la necesidad de un acuerdo de paz.
Por ejemplo, el canciller alemán Olaf Scholz instó a conversaciones de paz, dejando claro que no quiere cerrar la puerta al diálogo con Putin.
Por su parte, el presidente Macron anunció que planea llamar por teléfono al líder ruso en un futuro cercano.
Aunque siempre es bienvenido todo esfuerzo por la paz, cualquier indicio de compromiso en esta etapa, en la que Ucrania ha realizado avances significativos contra las fuerzas rusas, podría enviar señales equivocadas a Moscú.
Lo que cada líder occidental, especialmente Biden, diga en público sobre la guerra en Ucrania durante los próximos meses podría tener un impacto positivo o negativo en el camino a seguir en esta brutal batalla.
En última instancia, discutir o no la paz con Moscú será una decisión que incluya a Zelenski, y Estados Unidos siempre ha dicho que lo respaldara hasta el final.
Sin embargo, los últimos comentarios de Biden parecieran insinuar que están sucediendo más cosas tras bambalinas, de las que nos han dicho.