MIAMI- En las últimas cinco elecciones en Estados Unidos los llamados estados bisagras o péndulos (estados que pueden variar su voto hacia uno u otro partido) han sido decisivos en el resultado final. Esta vez no será muy diferente, por el contrario, estas zonas han cobrado mayor relevancia para llevar a un candidato a la Casa Blanca.
Sin embargo, tampoco se desestiman sorpresas favorables en especial para los conservadores, debido a la contraproducente situación económica en que se encuentra EEUU por la peor inflación en las últimas casi cinco décadas y las fallidas políticas económicas del gobierno de Joe Biden y Kamala Harris.
Esa misma plataforma ha causado otras crisis como el caos de inmigración con la entrada de más de 14 millones de personas, la nefasta retirada de Afganistán con la «entrega» de más de un billón de dólares en armamento de alta tecnología a los terroristas talibanes.
Una elección suigéneris
La inseguridad ciudadana y una histórica emigración por leyes fiscales abusivas y otras a favor del robo y el vandalismo en estados gobernados por demócratas son otros elemento que se añaden contra los demócratas junto al aumento significativo del tráfico de fentanilo y otras drogas sintéticas, la quiebra de cuatro importantes bancos entre ellos el Silicon Valley Bank, el cierre de decenas de miles de establecimientos de grandes cadenas de tiendas, farmacias, restaurantes y servicios; el financiamiento y el gasto excesivo en guerras y otros asuntos alejados de las prioridades del país que se traducen en graves errores en política exterior y a nivel nacional.
Walgreens anunció el cierre de 1.200 establecimientos junto a 344 de la minorista Big Lots! Antes CVS comenzó a prescindir de 900 de sus farmacias. A la extensa lista se suman Target, Walmart, Macy’s, Bed Bath & Beyond, Buy Buy Baby, Burger King, Pizza Hut, cadena Red Lobster, entre muchas otras legendarias firmas del consumo estadounidense.
El despojo de Joe Biden de su candidatura presidencial demócrata, lograda de forma aplastante en las primarias, la designación que muchos califican de antidemocrática por la forma en que se hizo puede ser otro pase de factura para la izquierda y la extrema izquierda.
Otros factores externos de gran relevancia como las acusaciones insólitas contra el expresidente Donald Trump y tres intentos de asesinatos en menos de tres meses antes de las elecciones agregan más combustible a los comicios generales.
También el apoyo del exdemócrata y miembro de la familia Kennedy, Robert. F. Kennedy, y del zar de la tecnología y del sector aeroespacial en el mundo, Elon Musk, han agregado pinceladas puntuales a la campaña del presidente 45 de Estados Unidos en su propósito de retomar el poder en Washington.
En el 2020, estos estados fueron primordiales para la cuestionada victoria electoral de Joe Biden frente a Donald Trump. En el 2016 ocurrió lo mismo entre el candidato republiano y Hillary Clinton. Lo mismo ocurrió entre George W. Bush y John F. Kerry en 2004; mientras que en el 2000, el demócrata Al Gore y Bush protagonizaron una de las contiendas más cerrradas en la historia del país.
¿Siete estados son la llave de la Casa Blanca?
Siete estados se han convertido en la llave para abrir la Casa Blanca, si no ocurre algo trascendental en los estados que tradicionalmente votan demócrata o republicano como es el caso de California (demócrata) y Texas (republicano).
Pero por qué estos estados han cobrado tanta importancia electoral. La respuesta la indican las últimas cinco o seis elecciones presidenciales y de medio término donde en ocasiones han oscilado de un bando a otro y de una elección a otra.
Las elecciones en Estados Unidos no se deciden únicamente por la cantidad de votos populares, sino por los votos del Colegio Electoral. En este contexto, los llamados “estados bisagra” o “swing states” juegan un papel fundamental en el resultado final de una elección presidencial.
De los 538 votos electorales en disputa, el ganador debe llegar o sobrepasar la llamada cifra mágica de 270. De haber un empate, la elección del presidente pasa a la Cámara Baja del Congreso en Washington donde cada estado tendrá un voto electoral.
Georgia, Nevada, Michigan, Arizona, Carolina del Norte, Pennsylvania y Wisconsin representan 93 votos electorales. En este dato debe definirse quién se sentará en la Oficina Oval de la Casa Blanca y jurará como presidente el 20 de enero cada cuatro años. A continuación se presenta la lista de estos estados clave y la cantidad de votos electorales que aporta cada uno de ellos.
Arizona (11 votos electorales)
Georgia (16 votos electorales)
Michigan (15 votos electorales)
Nevada (6 votos electorales)
Carolina del Norte (16 votos electorales)
Pennsylvania (19 votos electorales)
Wisconsin (10 votos electorales)
A diferencia de otros territorios, estos estados no son feudos demócratas o republicanos, por lo que las candidaturas de ambos partidos centran sus esfuerzos en captar el voto de estas regiones, a sabiendas de que han jugado un papel clave en otras elecciones y lo harán con toda seguridad en estas.
El número de swing states no es fijo, ya que puede variar en cada elección: depende, en gran parte, de lo definidas que estén las expectativas de voto en cada región.
En las elecciones de 2016, varios estados clave jugaron un rol crucial en la victoria de Donald Trump sobre Hillary Clinton. Así estados como Wisconsin, Michigan, Pensilvania, Georgia y Arizona cambiaron sus votos hacia el Partido Republicano, a pesar de haber votado por los demócratas en elecciones anteriores. Sin embargo, en las elecciones de 2020, estos mismos estados cambiaron nuevamente su preferencia, esta vez a favor de Joe Biden, demostrando su volatilidad.