Bolivia vive desde hace diez días una huelga en el Departamento de Santa Cruz, el poderoso motor económico del país. Transcurrido ese tiempo Rómulo Calvo, el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, ha aseverado el lunes que el régimen de Luis Arce ha enviado a sus simpatizantes a la región a causar violencia.
“Hemos llamado a la paz, hemos pedido que no haya conflicto, pero tampoco nos vamos a quedar con las manos atadas si el Gobierno nos está mintiendo. Nos está haciendo perder el tiempo queriéndonos sentar a dialogar, sin embargo, sigue mandando gente”, afirmó Calvo.
Los sindicatos afines a Arce llamaron hace pocos días a promover un “cerco” contra la región, y han intentado a través de acciones violentas que la protesta opositora sea levantada. Sin embargo, los cruceños han mantenido sus reclamos en pie.
“Nosotros queremos sentarnos, queremos dialogar y salir del conflicto donde ganen los bolivianos, pero de esta forma no podemos, somos claros que la agenda no puede cambiar y eso depende del Gobierno”, ha aseverado el líder del Comité Cívico de Santa Cruz, después de que el viernes pasado fracasara un intento de negociación entre el oficialismo y los manifestantes.
Calvo ha asegurado además que el régimen de Arce podría ordenar su captura en cualquier momento, con miras a desarticular la protesta.