“Che gorila, che gorila…no te lo decimos más. Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar”. El mantra-amenaza que el kirchnerismo venía entonando desde el inicio del juicio contra Cristina Fernández de Kirchner abría el único interrogante importante para el día de la lectura de la condena por parte del Tribunal Oral Federal 2. La culpabilidad era absolutamente predecible y evidente. El misterio que giraba alrededor para el día del veredicto era sobre lo que harían los partidarios de la vicepresidente. ¿Tomarían tribunales? ¿La Corte? Amenazaron mucho, pero finalmente no hicieron nada. Desde Venezuela, Diosdado Cabello se mostró muy indignado ante la “tibieza” de un sector que fue, como se dice, mucho ruido y pocas nueces.
El único que salió a protestar fue el dirigente piquetero Luis D´Elía, que movilizó un puñado de partidarios que se acercaron a los tribunales y luego al Congreso. No pasó nada más. El líder de MILES también manifestó su completa indignación contra La Cámpora. “Se pasaron dos años cantando que si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar. Bueno, ayer la tocaron y se quedaron todos en la casa”, lamentó D´Elía, por radio. El piquetero esperaba seguramente un 17 de octubre cristinista, pero lo cierto es que no pasó absolutamente nada. A lo sumo se escucharon unos bocinazos desde los autos, en festejo por el pedido de prisión y la habilitación perpetua para ejercer cualquier cargo público.
Desde su programa, donde habla insoportablemente por horas como su mentor Hugo Chávez, Cabello le manifestó su apoyo y el respaldo a la vicepresidente argentina condenada por corrupción. “Estoy contigo, Cristina”. Para el hombre fuerte de la dictadura venezolana, de haber estado en Buenos Aires al momento de la lectura del veredicto, habría estado “en la calle defendiendo a la presidenta Cristina”.
Para el número dos del régimen, fue una lástima que los partidarios del kirchnerismo no se hayan manifestado fuertemente. “¿Y cómo es que estaban cantado y el pueblo no se movilizó, no salió a defender?”, señaló indignado.
Finalmente, Cabello aseguró que los tibios “terminan enredados en su propia tibieza”. Cabe recordar que el calificativo de “tibio”, el dirigente chavista lo utilizó en reiteradas oportunidades para calificar al presidente Alberto Fernández, del que esperaba otra actitud al frente del Poder Ejecutivo argentino. Es probable que sus palabras también hayan tenido al mandatario como uno de los principales destinatarios.