WASHINGTON- La mayoría de los directivos de la Reserva Federal prefiere la prudencia ante la insistencia de la izquierda y analistas alineados a la Casa Blanca respecto a comenzar a bajar las tasas de interés, según extractos de las actas de su última reunión.
Los demócratas presionan desde el 2023 de forma indirecta para que la Reserva Federal comience cuanto antes a bajar las tasas de interés en plena campaña electoral de Joe Biden para las elecciones presidenciales de noviembre.
«La mayoría de los participantes» de la reunión de política monetaria de enero del Banco Central estadounidense «destacaron los riesgos que tendría el actuar demasiado rápido para flexibilizar la política monetaria», detalló el documento publicado el miércoles.
Este grupo subrayó «la importancia de evaluar cuidadosamente los datos disponibles para determinar si la inflación desciende a 2% de forma duradera», señalan las «minutas» de la reunión.
Un comienzo prematuro de los recortes podría llevar al repunte de la inflación.
«algunos participantes» en el encuentro «subrayaron los riesgos para la economía asociados a mantener una postura demasiado restrictiva durante mucho tiempo», indica el texto.
En esa hipótesis, la economía estadounidense podría caer más demasiado rápido, con un alza del desempleo y una recesión profunda.
El Comité de Política Monetaria del Banco Central estadounidense (FOMC) mantuvo sus tasas de interés de referencia en un rango de 5,25-5,50%, el mismo nivel que tiene desde julio y un máximo en 22 años.
Después de un año de expectador ante la escalada de precios, el presidente de la Reserva Federa, Jerome Powell, finalmente decidió actuar y comenzó a subir las tasas de interés.
Las tasas altas encarecen el crédito y desalientan el consumo y la inversión. Sólo en los grandes medios de prensa controlados por la izquierda y en la Casa Blanca, la economía estadounidense se mantiene sólida, resistente y con una inflación poco dañina. Para la gran mayoría de los estadounidenses, la vida y sus bolsillos dictan lo contrario.