WASHINGTON — El director interino del Servicio Secreto afirmó el martes que “no justifica” las «fallas» de seguridad que permitieron que un hombre con un rifle AR-15 se subiera a un tejado a 130 metros del presidente 45 de Estados Unidos y disparó a su cabeza durante un mitin en Pennsylvania.
En la audiencia lo acompañó el subdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Paul Abbate.
Después de las intervenciones de ambos ante el Congreso siguen las mismas interrogantes o muchas más a medida que intentan explicar o se quedan sin respuestas ante los cuestionamientos de congresistas. Las preocupaciones y alarma lejos de disminuir, crecen.
Ronald Rowe declaró el martes ante dos comisiones del Senado. El director interino tampoco respondió a preguntas vitales sobre el atacante y cómo no fue neutralizado antes de disparar al expresidente.
Rowe afirmó que recientemente viajó al sitio del ataque en Pennsylvania y dijo que lo que vio lo hizo sentirse avergonzado. El segundo funcionario en importancia del FBI también presentó testimonio ante el Congreso.
Revelaciones sobre más fallas de seguridad
Los senadores interrogaron a los funcionarios sobre las fallas de los organismos del orden público en las horas previas al intento de asesinato de Trump, en la más reciente de una serie de audiencias en el Congreso dedicadas al ataque.
Rowe se convirtió en director interino del organismo la semana pasada, tras la renuncia de Kimberly Cheatle después de una audiencia ante la Cámara de Representantes en la que fue reprendida por legisladores y no logró responder preguntas específicas sobre las fallas de comunicación previas al atentado del 13 de julio.
Rowe compareció junto con el subdirector del FBI, Paul Abbate, en una audiencia conjunta de las comisiones Judicial y de Seguridad Nacional del Senado, y aunque se mostró más cooperativo su falta de información o su negativa a responder preguntas simples y cruciales también lo hicieron blanco de severos ataques, en especial de los congresistas republicanos, y de la necesidad de una restructuración general de los ejecutivos del Servicio Secreto.
“Si esto hubiera ocurrido en el ejército, muchas personas habrían sido despedidas”, dijo el senador Lindsey Graham, el republicano de más alto rango de la Comisión Judicial del Senado. “Y si no se despide a muchas personas, el sistema ha vuelto a fallar”.
Añadió que: “nada va a cambiar hasta que alguien pierda su empleo”.
Servicio Secreto no suspende a nadie por atentado a Trump
Rowe indicó que hasta ahora ninguna persona, excepto la exjefa del Servicio Secreto, ha sido despedido o suspendido de su puesto, después de tres semanas del atentado.
La audiencia se llevó a cabo un día después de que el FBI publicó algunos «detalles» sobre su investigación del ataque, por cierto bastante inconclusos, superficiales y preliminares. Muchos consideran que resulta casi imposible que una pesquisa con el rigor y la magnitud de esta no tenga ya casi todos los elementos a mano después de casi 500 entrevistas.
El subdirector dijo no tener conocimiento de los informes sobre las entrevistas.
Lo que se sabe hasta ahora es que el agresor, Thomas Matthew Crooks, de 20 años, buscó información en internet sobre tiroteos masivos, centrales eléctricas, dispositivos explosivos improvisados y el intento de asesinato en mayo del primer ministro eslovaco. También sobre el atentado a John F. Kennedy.
El lunes, el FBI dijo que el candidato presidencial republicano aceptó ser entrevistado por agentes como víctima de un crimen. El organismo indicó la semana pasada que el expresidente fue alcanzado en la oreja por una bala o un fragmento. Trump dijo la tarde del lunes que esperaba que la entrevista se realizara el jueves.
La mayoría de las preguntas del martes se dirigieron a Rowe, ya que los legisladores exigen respuestas sobre cómo Crooks pudo acercarse tanto a Trump. Los investigadores piensan que Crooks disparó ocho tiros en dirección a Trump con un rifle estilo AR-15 tras subir al tejado de una construcción a unos 135 metros (147 yardas) de donde Trump hablaba en Butler, Pennsylvania.
Pero otros informes filtrados a la prensa hablan de 10 casquillos de bala encontrados cerca del cuerpo abatido del atacante.
Una persona que asistió al mitin murió y dos más resultaron heridas. Crooks murió por un disparo a la cabeza de un francotirador del Servicio Secreto.