Alexis Ortiz,
Con las Elecciones Primarias y el apoteósico triunfo de María Corina Machado, el castrochavismo de Venezuela entró en pánico.
El formato comunista cubano que sigue, procura llenarnos de miedo, división y resignación. Ahora ellos están asustados, perturbados y confundidos.
Resbalan de disparate en disparate:
La investigación de sus crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional, avanza y ellos no logran detenerla.
El referendo convocado para el caso de nuestra reclamación del territorio Esequibo, arrebatado por Inglaterra y cedido a Guyana, ha servido para que la gente recuerde que Hugo Chávez, para complacer a su Señor Fidel Castro, renunció a defender los derechos de Venezuela.
Para sabotear las Primarias se negaron a aportar la asistencia técnica legal del Consejo Nacional Electoral, tal como era su obligación legal.
Ante la evidencia que María Corina Machado ganaría las Primarias, la inhabilitaron mediante una acción ilegal de la Contraloría Nacional. Ese aberrante zarpazo convirtió a María Corina en figura mundial, con acceso directo a los principales líderes del mundo libre.
Al percatarse que la oposición y la Comisión de Primarias si podían organizar el proceso, intentaron aviesamente y sin éxito, que el CNE controlara las elecciones para hacerlas fracasar.
Al arrasar María Corina en las Primarias los abrazó el terror y, con el uso de un Tribunal Supremo de Justicia domesticado por la narcodictadura, pretenden inconstiticionalmente invalidar una iniciativa privada ciudadana.
La tentativa de suspender las Primarias es una traición a los acuerdos que suscribieron en Barbados, para buscar una ruta pacífica y electoral a la tragedia global que ellos perpetraron en Venezuela.
Ese despropósito los enfrenta a más de 90% del pueblo venezolano y a los garantes del Acuerdo: EEUU, Canadá, Noruega, la Unión Europea…