La economía brasileña ha demostrado ser tan robusta al punto de lograr revertir el estancamiento causado por la pandemia del coronavirus, superando incluso los índices prepandémicos.
«Los resultados positivos del PIB se situaron muy por encima de las proyecciones oficiales. Crecimos 1,2 % solo en el primer trimestre. Significa una fuerte recuperación económica este año. La rápida recuperación proviene de la decisión del Gobierno de mantener los signos vitales de la economía durante la crisis», explicó el ministro de Economía, Paulo Guedes, en su cuenta de Twitter.
Brasil es uno de los primeros países que logró superar la crisis económica causada por el brote del coronavirus que se propagó por todo el mundo en marzo de 2020.
Los cálculos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) establecen que el PIB de Brasil creció 1,2 % en el primer trimestre de 2021. Incluso en comparación con el mismo trimestre de 2020, el avance fue de 1 %, cuando la pandemia aún no había comenzado a hacer estragos.
Las inversiones aumentaron 4,6 % y el consumo en los hogares bajó apenas 0,1 %.
Los logros del primer trimestre impactaron positivamente en la creación de empleos. Cerca de 121.000 nuevos puestos de trabajo surgieron en el mes de abril.
Y la tendencia es al alza. Las expectativas de crecimiento para la economía brasileña son positivas para fin de año.
Inicialmente el Banco Central de Brasil estimaba un repunte de 3,5 % para diciembre de 2021. Pero, en vista de la tendencia actual, calculan que podría oscilar entre 4 y 5 %.
La economía aún no se ha reabierto del todo. No obstante, si el ritmo de vacunación avanza de forma consistente, aumentaría aún más el panorama positivo.
El presidente Jair Bolsonaro ha apuntado a la concientización, en lugar de la obligación, en cuanto a las vacunas. Ha otorgado a los ciudadanos la libertad de elegir. Eso incluye la libertad de trabajar.
El optimismo que generó el alza del PIB logró que en un solo día la bolsa más grande de Brasil, la Bolsa de Sao Paulo, alcanzara un nuevo récord: más de 128.000 puntos.
También la moneda tuvo un efecto positivo. El real brasileño se estabilizó en 5,15 por dólar, luego de una baja constante desde enero del presente año.
Hasta los detractores de Bolsonaro reconocen el éxito económico
Lo más destacado es que las cifras sobre la recuperación de la economía brasileña las compila el medio más grande de Brasil, que está abiertamente enfrentado al Gobierno de Jair Bolsonaro, la cadena Globo.
El mandatario brasileño ha sido duramente criticado por permitir la libertad de sus ciudadanos. Bolsonaro ha alegado que el hambre podría ser peor que el virus. Incluso ha afirmado que los confinamientos «hacen más pobres a los pobres».
Cifras de COVID-19 en Brasil por debajo del promedio de Sudamérica
Si bien ninguna vida merece sacrificarse, el índice de mortalidad de la pandemia en Brasil ha mostrado ser bajo. La cifra total de muertos es alta. No obstante, en comparación con la población no es tan alarmante.
Lamentablemente el COVID-19 ha cobrado la vida de 467.706 personas en Brasil, según el conteo del Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins. Sin embargo, en una población que ronda las 214 millones de personas, las muertes equivalen a 2186 por cada millón de habitantes. Incluso la tasa de fatalidad en Brasil se encuentra por debajo del promedio de Sudamérica. Lo mismo ocurre con la tasa de contagios confirmados.
De los 16.720.081 contagiados, 15.168.330 se han recuperado. Es decir, la amplia mayoría. Poco más de 1 millón de casos siguen activos.
La postura del presidente Bolsonaro, quien se contagió el año pasado, al igual que la primera dama, es que debemos aprender a convivir con el virus, pues no sabemos si durará toda la vida. Por ello ha permitido que la vida continúe y los resultados han mostrado ser positivos.
Apoyo a la política de permitir la libertad de trabajar
El mayor ejemplo del apoyo a la política de Bolsonaro se evidenció el 1 de mayo, fecha que se ha caracterizado por la lucha socialista, comunista, sindicalista, como el día del trabajador. Pero en 2021 tomó un giro distinto. Alrededor de 2 millones de simpatizantes de Bolsonaro llenaron las calles de las ciudades principales para defender a su presidente por permitir la libertad de trabajar.
Además, líderes religiosos de distintas denominaciones elevaron la importancia de la libertad de culto y la libertad de asamblea que Bolsonaro no solo ha permitido sino que ha destacado como esencial desde el principio de la pandemia.
Lo contrario a lo ocurrido en muchos países de la región, donde se ha negado la oportunidad de ir a la iglesia e incluso han encerrado a la población los fines de semana.
«Brasil nunca será un país comunista, socialista. Brasil es un país cristiano», fue el eco principal de la manifestación, cuando aparecieron los líderes religiosos, ortodoxos, católicos y protestantes.
Hasta ahora se ha visto que los países con gobiernos más autoritarios han negado libertades fundamentales a sus ciudadanos. Y han tenido que enfrentar la crisis sanitaria de la mano de una crisis económica, sobre todo en materia de desempleo.
Países como Argentina, que han cerrado su economía, quedaron relegados. Ahora Brasil es el principal exportador de carne en la región. Brasil optó por la libertad y los resultados económicos ya están a la vista.
Fuente: PanamPost