En la última década la economía venezolana ha caído en un 87 %, poniendo a la nación caribeña como la más pobre de América Latina, por debajo de Haití y Nicaragua, los países que eran considerados como los más míseros del continente.
El petróleo que se extrae actualmente en Venezuela está permitiendo un mínimo de actividad económica, lo que junto a la dolarización informal que ha permitido el régimen, está ocasionando que los indicadores macroeconómicos muestren que el colapso económico del otrora país petrolero ha tocado fondo.
Igualmente, ese panorama hacer ver a cualquier mínimo incremento como algo positivo e imaginar una reactivación que no es real, cita un artículo publicado en el portal del diario español ABC.
«En último año Venezuela se ha consolidado como el país más pobre de toda América, con un PIB per cápita incluso por debajo del de Haití y Nicaragua, países que hasta ahora eran catalogados como los más míseros del hemisferio occidental. En diez años, la economía venezolana ha caído un 87%: un hundimiento sin parangón en la historia, fuera de situaciones de guerra», revela el artículo de ABC.
La crisis y el desplome de la economía es tal, que difícilmente cabe ya un mayor descenso, afirma el medio, «pues el poco petróleo que se extrae y comercializa permite un mínimo de actividad económica del que no se puede bajar», explica.
El régimen, al «desmonetizar» la economía impulsó el uso del dólar estadounidense para las transacciones. Eso facilita las importaciones y el acceso a una diversidad de bienes por parte de un sector de la población. Paralelamente, también hace más fácil el blanqueo de capitales.
Sin embargo, Venezuela está muy lejos de recuperarse, a pesar de la apariencia de reactivación económica. La producción manufacturera sigue paralizada y los servicios básicos mantienen su colapso. El racionamiento eléctrico y de agua potable inciden en la productividad y desempeño de los sectores económicos.
Otro síntoma de que no hay una reactivación real es la proliferación de los llamados bodegones, locales comerciales que ofrecen mercancía importada y vendida con precios en dólares. La dolarización encubierta ha hecho que estos establecimientos se haya expandido por todo el país, creando una burbuja e ilusión de reactivación, cuando en realidad ocultan actividades ilícitas, como contrabando, narcotráfico, minería ilegal y lavado de dinero.
Lo cierto es que solo el 5 % de la población tiene acceso a la economía dolarizada, y es esa economía la que le permite a Maduro simular ante el mundo una «reactivación económica» que no es tal.
El medio español revela que desde la abrupta caída de los precios del petróleo en 2014 Venezuela se ha hundido en todos los índices por la pésima gestión de su Gobierno autocrático, mientras que Nicaragua, que ya era la segunda economía más pobre de Latinoamérica, ha empalmado la crisis por la cruenta represión social de las protestas de 2018,con la emergencia de la pandemia y el creciente descontento social por el autoritarismo de Daniel Ortega.
Fuente: Diario Las Américas