Por su parte, la Fiscalía se limitó a decir en Twitter que a los apresados “se los investiga por presunta delincuencia organizada”.
El abogado de Bucaram, Alfredo Arboleda, afirmó que “se ha mantenido incomunicado al expresidente. Es una arbitrariedad. Está cumpliendo las medidas más drásticas, la presentación todos los días (ante el juez), le tienen vigilado, nos tienen vigilados, era innecesario” el operativo de captura.
El hijo de Bucaram, que lleva el mismo nombre, cuestionó en Twitter «cuál es la flagrancia que justifique este atropello? Si es indagación, porqué este procedimiento contra una persona adulta mayor, con problemas cardíacos y un grillete?.
El caso también involucra a dos ciudadanos israelíes detenidos en junio cuando transportaban casi 100.000 dólares utilizando documentos falsos para intentar pasar como miembros de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos. Uno de ellos, Shy Dahan, fue asesinado recientemente dentro de su celda, mientras que el otro resultó herido durante un supuesto ataque.
En los últimos días se difundió una presunta conversación entre Bucaram y Dahan en la que se escucha una voz, supuestamente del exmandatario, decir que “vamos a tratar de arreglar las cosas que van mal” y luego a Dahan que le pregunta si nadie va a tratar de matarlo y le responde “nada de eso”.
Bucaram, arrestado el 3 de junio por otros delitos y luego puesto en libertad, estaba siendo trasladado Quito, pero sufrió un quebranto de salud y fue internado en un hospital de Guayaquil.
Al expresidente y a sus hijos Abdalá, Jacobo y Mishel -que se encuentran prófugos- se los investiga por la comercialización ilegal de insumos médicos en medio de la pandemia como pruebas de diagnóstico del COVID-19 y mascarillas.
Tales productos coincidían en marca y modelo con aquellos que estaban en hospitales estatales de Guayaquil y que fueron adquiridos con sustanciales sobreprecios a través de un intermediario detenido desde hace semanas.
Bucaram, quien solía llamarse “El loco que ama”, gobernó Ecuador entre agosto de 1996 y febrero de 1997, cuando fue depuesto de su cargo en medio de acusaciones de nepotismo y corrupción por “incapacidad mental para gobernar”. Se exilió por alrededor de dos décadas en Panamá mientras prescribían los procesos judiciales derivados de su breve paso por la presidencia.
Fuente: Diario las Américas