Elon Musk responde a la amenaza del «izquierdismo» estadounidense con más acciones positivas en Twitter. Las críticas llueven entre manipulaciones y mentiras de una «élite» socialista Norteamérica que no soporta la libre empresa, la libertad de expresión y el conjunto de valores de ésta nación.
Ahora como dueño de Twitter, el empresario Elon Musk se está enfrentando a todo un movimiento progresista que se opone a su idea de implementar la verdadera libertad de expresión en la plataforma. Varias señales de lo que estos grupos podían hacer, se dejaron ver desde el momento en el que el dueño de Tesla anunció su intención de comprar la red social.
Pero una vez que se oficializó la compra y Musk entró a las oficinas de la compañía como nuevo CEO, el progresismo estadounidense puso sus planes en marcha. Eso provocó que varias marcas como Volkswagen, General Motors, General Mills y Pfizer paralizaran recientemente sus anuncios publicitarios dentro de la plataforma. Aseguran que van a «monitorear» los siguientes pasos de la red social.
Los despidos en Twitter también se convirtieron en otro factor que la izquierda extrema está usando contra Elon Musk.
Comenzaron purgas indispensables para drenar el pantano de la compañía, primero la Junta Directiva que encabezó los actos de censura desde las últimas elecciones fué despedida y ahora llegó el turno a muchos otros empleados, igual de implicados en la censura.
Pero en la realidad, más allá de las acusaciones y señalamientos contra el empresario, el recorte de empleos permitirá evitar pérdidas por 700 millones de dólares, según New York Post. En paralelo, Musk explicó que «desafortunadamente no hay otra opción» debido a que la empresa está perdiendo más de 4000 millones de dólares por día. «A todos los que salieron se les ofrecieron tres meses de indemnización, que es un 50% más de lo requerido legalmente», agregó.
Se sabe que el nuevo dueño de Twitter incluirá un abono de ocho dólares por mes para quienes tengan o deseen tener cuentas verificadas. Un punto que figuras como la congresista de extrema izquierda, Alexandria Ocasio-Cortez, utiliza para denigrar a la plataforma a pesar de que ninguna de las medidas anunciadas se ha puesto en marcha. La respuesta de esto fue sencilla por parte de Musk: mostrar cómo la congresista vende ropa con su nombre por 58 dólares.
Así, el conglomerado de organizaciones sociales y voceros de la corriente woke pretenden que Twitter sufra financiera y popularmente debido a que ahora la dirige un hombre que se define a sí mismo como «absolutista» de la libertad de expresión. Sin embargo, el dueño de Tesla y fundador de SpaceX está dispuesto a dar la pelea.
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Héctor Valle, Editor Senior