OSCAR ELÍAS BISCET,
La señal popular de liberación por una Venezuela democrática y libre la ha visto el mundo entero. Esa voluntad ciudadana en las urnas de las elecciones presidenciales venezolanas, del 28 de julio de 2024, convirtió en presidente electo a Edmundo González Urrutia, para ejercer oficialmente su mandato presidencial en el país desde el 2025 al 2031.
En verdad, el presidente de Venezuela es Edmundo González Urrutia; pues existe un vacío de ilegitimidad en el poder gubernamental del país; que desde 2013 se ha hecho más evidente con la usurpación de la nación por el narcodictador Nicolás Maduros, que hubo cierto equilibro de legitimidad y legalidad sujetos a la Asamblea Nacional y el Presidente Interino venezolanos (2019-2023), que fueron reconocidos por más de 60 países en el mundo.
Sin duda, el tirano Maduro está dando un golpe de Estado, sistemático y continuo, al intentar robarse las elecciones presidenciales (28/07/2024) en Venezuela. Un mega fraude del régimen chavista que violenta la integridad electoral y que desea consolidar con su furia bolivariana, de asesinatos, arrestos masivos, cárceles y torturas al disentimiento del pueblo venezolano; un procedimiento certero de la aplicación del terror de estado, denominado por la cúpula usurpadora del régimen como Operación Tun Tun.
Multitudes de personas en las calles venezolanas han comenzado una revolución libertaria por los derechos humanos, vida y libertad, guiadas por la líder de la oposición María Corina Machado y el presidente electo González Urrutia. Estas personalidades están reconocidas por la voluntad ciudadana en las urnas electorales, lo que les da legitimidad y legalidad por el pueblo y sus leyes. El proceso hacia la democratización y la libertad no debe prolongarse en país, así que sería muy recomendable la formación de un Gobierno de Salvación Nacional (Gobierno Provisional o Interino) por los prodemocráticos, que lleve de la dictadura a la democracia en Venezuela.
La oposición democrática venezolana ganó las elecciones presidenciales en todos los estados del país y con muchísimo apoyo popular, quienes están defendiendo su libertad de expresión en la ejecución de su voto a través de la resistencia cívica no violenta, lo que pudiera garantizar un territorio libre y democrático en el barrio, la región o el estado hasta la desintegración del régimen de terror chavista y la instauración de las instituciones democráticas en todo el país.
Un dato de interés histórico e importante para la causa de la libertad de los pueblos fue cuando los cubanos con su Revolución Independentista de 1868, tomaron y liberaron la ciudad de Bayamo, la primera libre y republicana en Cuba, instituyeron el Gobierno de la República, que duró casi tres meses, el poderoso ejecito imperial colonial truncó esas esperanzas territoriales independentistas, más tardes, en los campos cubanos continuaron el Gobierno y sus poderes independientes de la República de Cuba en Armas.
La libertad es un anhelo esperanzador, reafirmado por el amplio voto ciudadano. La tiranía no te obsequiará ese derecho inalienable, pues perdería completamente el poder o parte de éste, en consecuencia se resistirá a entregar ese derecho, los ejemplos más recientes son Bolivia y Myanmar; entonces es inaplazable e imprescindible la desintegración de la tiranía, con la puesta en práctica del desafío político masivo no violento y todo el que permanezca cómplice de la injusticia tiránica caerá con la dictadura.
Por supuesto, existe una gran probabilidad de frenar o debilitar el proceso liberador a través de la represión terrorífica de las manifestaciones pacíficas si se dilata las acciones imprescindibles de democratización, ese es el objetivo del tirano al tratar de mostrarse civilizado con el diálogo y las negociaciones. También de sus cómplices ideológicos de gobiernos extranjeros o grupos nacionales.
Algunas personalidades internacionales describen bien los objetivos peligrosos de dialogar con el régimen madurista, un ejemplo es el expresidente colombiano Iván Duque: “Los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Brasil, Lula da Silva y México, Manuel López Obrador, lo que quieren es más tiempo para que el dictador Nicolás Maduro tenga 5 meses que le permitan perpetrar de forma planificada un nuevo fraude, intimidar, perseguir y cercenar derechos en Venezuela”.
Las palabras del presidente Duque ya tuvieron cumplimientos y adquieren más importancias en esta nueva situación de la invasión imperialista de Rusia a Ucrania y sus intenciones con China de Xi, Irán de los ayatolás y otros regímenes satélites como Cuba y Venezuela para la instauración de un nuevo orden mundial autocrático; que unidos a los planes del tirano Vladimir Putin de implantar cohetes nucleares estratégicos y tácticos en Cuba y los misiles tácticos en cualquier otro país. Quizás sería una buena oportunidad malévola para Maduro en Venezuela. Este poder silenciaría a muchos gobiernos democráticos.
El usurpador Nicolás Maduro y sus cómplices han cometido crímenes de lesa humanidad, por esta razón deben estar en la cárcel. Su farsa electoral y fraude reprimen las decisiones soberanas del pueblo y rompen las fuerzas morales nacidas de esa institucionalidad. Esta permisividad con el dictador Maduro exacerba la impunidad delictiva y menoscaba la virtud, que conlleva a la muerte de la república y la instauración de la injusta paz sin libertad. Ahora mismo debe ser libre Venezuela.