Arturo McFields Yescas,
Desde los seis años los niños en Cuba son obligados a repetir la consigna: “Pioneros por el comunismo… Seremos como el Che”. Los regímenes marxistas no conocen límites. Mucho menos sobre derechos de la niñez.
La dictadura de Cuba lleva 64 años en el poder, inyectando la ideología marxista para cauterizar la mente de sus ciudadanos. Criminales como Guevara y Castro son exaltados como dioses y defensores de la vida. El pensamiento crítico es crucificado en el altar de la ideología.
En Nicaragua los cubanos crearon un modelo educativo a su imagen y semejanza. “Los Carlitos” fueron los textos con los que muchos niños aprendimos a sumar fusiles y restar granadas. Se nos enseñó que Daniel Ortega era un héroe y no un villano responsable de crímenes de lesa humanidad.
En 2007, con el retorno de la dictadura, los textos en Nicaragua se radicalizaron todavía más. Evo Morales, Fidel Castro, Hugo Chávez y la esposa de Ortega, eran los nuevos arquetipos y modelos de moral y civismo.
En 2022, Daniel Ortega una nueva etapa, la confiscación y estatización de las universidades. La nueva consigna: Todo dentro de la revolución, nada fuera de ella. Así funciona el comunismo. Con pequeños cambios inocuos hasta destruirlo todo.
En Venezuela también se puede ver la mano nefasta de la dictadura de Cuba. La educación tiene un alto contenido ideológico y pobre nivel formativo. El objetivo del régimen no es educar sino formar cuadros políticos y sociedades sumisas.
El modelo educativo comunista no es una opción por los pobres, sino una pobre opción. Escuelas en mal estado, profesores con salarios de hambre y falta de recursos para la enseñanza de calidad. El prestigio de antaño de la educación pública ha desaparecido. Ha sido aniquilado.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado la Nueva Escuela Mexicana (NEM), una versión light del modelo de Cuba y Venezuela. De hecho, para evitar correr riesgos, el coordinador de los textos es un exfuncionario la dictadura de Venezuela.
Rechazo masivo
Organizaciones de padres de familia, maestros, estudiantes y la iglesia católica han expresado su total rechazo a los nuevos textos escolares. El gobierno sin embargo, ha reiterado que el 28 de agosto distribuirán 100 millones de estos libros gratuitos en todo el país.
La Secretaria de Educación Pública de México, Leticia Ramírez, también ha defendido los nuevos textos y su carácter “científico, humanista e inclusivo”. Errores de fechas, lenguaje y contenido son peccata minuta.
A pesar de que AMLO ha confesado su admiración por el modelo educativo y político de Cuba, México todavía es una democracia. La fortaleza de sus instituciones ha resistido al instinto maléfico y marxista de las 4T.
Confiamos en que la voluntad del pueblo mexicano prevalecerá. Lo hizo con las fallidas reformas electorales y lo volverá hacer con la “Nueva Escuela Mexicana”. Derecho que no se defiende, derecho que se pierde.