No sabemos bien si es un mensaje que la élite política norteamericana quiere transmitir a su pueblo para que vaya haciéndose a la idea o si se trata de la penúltima ida de olla del senil presidente, pero el caso es que Biden habló del «Armagedón» que podría estar a punto de estallar en un evento del Partido Demócrata destinado a recaudar fondos.
Pero no ha sido una mera enésima metedura de pata del presidente, y la prueba es que su Administración está almacenando un medicamento utilizado para tratar las enfermedades consecuencia de la exposición a la radiación.
La Administración para la Preparación y Respuesta Estratégica del Departamento de Salud y Servicios Humanos anunció el martes que había pagado 290 millones de dólares para adquirir unidades del medicamento Nplate, diseñado para “reducir el sangrado inducido por la radiación” que ocurre con el “síndrome de radiación aguda”.
«Como parte de los esfuerzos continuos de larga data para estar mejor preparados para salvar vidas después de emergencias radiológicas y nucleares, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU está comprando un suministro del medicamento Nplate de Amgen USA Inc; Nplate está aprobado para tratar las lesiones de células sanguíneas que acompañan al síndrome de radiación aguda en pacientes adultos y pediátricos ( ARS )», anunció el HHS.
«ARS, también conocido como enfermedad por radiación, ocurre cuando todo el cuerpo de una persona está expuesto a una alta dosis de radiación penetrante, que llega a los órganos internos en cuestión de segundos», agregó la agencia. «Los síntomas de las lesiones por ARS incluyen problemas de coagulación de la sangre como resultado de recuentos bajos de plaquetas, lo que puede provocar un sangrado incontrolable y potencialmente mortal».
«Para reducir el sangrado inducido por la radiación, Nplate estimula la producción de plaquetas en el cuerpo», agregó el HHS. «El medicamento se puede usar para tratar adultos y niños».
En cualquier otra circunstancia, esta compra millonaria podría pasar desapercibida entre tantos ejemplos de gasto público absurdo, pero es indicativo de la seriedad con la que se toman la posibilidad de un ataque nuclear por parte de Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania, donde la participación norteamericana se hace cada día más evidente.
Biden ya había alarmado a millones de estadounidenses el jueves cuando afirmó que el mundo se estaba acercando al «Armagedón» nuclear, un comentario que llegó a afearle su socio francés, Emmanuel Macron. El viernes, Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, negó que hubiera nueva información de las agencias de inteligencia que sugiriera un intercambio nuclear inminente. «¿El presidente planeaba usar la palabra Armagedón?» preguntó un reportero. «¿Por qué eligió esa referencia particular a Apocalipsis 16:16?»
Jean-Pierre respondió: «Las referencias rusas al uso de armas nucleares es irresponsable, no hay forma de usarlas sin consecuencias no deseadas. No puede suceder. No nos dejaremos intimidar por la retórica de Putin. No hemos visto ninguna razón para ajustar nuestra propia postura nuclear, ni tenemos indicios de que estén preparados para usarlas. Pero Putin puede desescalar esto en cualquier momento, y no hay razón para escalar”.