“Estados Unidos está profundamente preocupado por la creciente represión del gobierno del presidente Ortega en Nicaragua”, señala el texto de Washington, en el que cuestionó la polémica Ley de Agentes Extranjeros que llevó al cierre, la semana pasada, de la filial local del centro de escritores PEN Internacional y la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.
El Departamento de Estado se refirió a ambos organismos como “dos bastiones de la libre expresión”, que fueron obligados a suspender operaciones en Nicaragua debido a las restricciones que impone la referida ley para controlar el financiamiento externo a las organizaciones no gubernamentales.
“Estos acontecimientos sofocan aún más a la sociedad civil nicaragüense y alejan aún más al país de la realización de elecciones libres y justas en noviembre” próximo, alertó el informe.
El régimen de Nicaragua no reaccionó de inmediato a la declaración del Departamento de Estado. La AP solicitó un comentario oficial sobre el tema, pero no obtuvo respuesta.
“La rebelión de 2018 los dejó traumatizados (al gobierno), porque ellos creían que tenían el país a sus pies”, dijo el lunes la poeta Gioconda Belli, presidenta de PEN Nicaragua, al rechazar “todas las acciones represivas” de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, para acallar a la disidencia.
Washington señaló que Ortega está llevando al país “a una dictadura”, y advirtió que ello aislará más a su régimen de la comunidad internacional. El gobierno de Biden, añadió, tiene el compromiso de apoyar al pueblo de Nicaragua y su demanda de democracia.
El gobierno estadounidense dijo estar enfocado en fortalecer a la sociedad civil y mejorar el respeto a los derechos humanos en el país, e instó a Ortega a que “cambie de rumbo ahora”.
Fuente: Diario las Américas