Claver-Carone llegó acompañado del encargado de negocios de la embajada estadounidense en La Paz, Bruce Williamson.
La semana pasada arribó un equipo para sondear una posible reanudación de la asistencia estadounidense al país andino tras la renuncia del expresidente Evo Morales.
La delegación compuesta por miembros de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), busca ayudar al gobierno interino de Bolivia a organizar las elecciones presidenciales el 3 de mayo después de la anulación de los cuestionados comicios de los que Evo Morales se declaró ganador y que generaron una crisis política social que desencadenaron su renuncia.
Actualmente Morales es jefe de campaña de su partido político desde su refugio en Argentina.
La embajada estadounidense informó en un comunicado la semana pasada que la “misión se enfocará en evaluar de qué manera Estados Unidos -en coordinación con la comunidad internacional- pueden apoyar a las elecciones”.
También “ayudará a definir los programas y el presupuesto que destinará el gobierno de Estados Unidos para las elecciones en Bolivia”.
El gobierno de transición se acercó a Estados Unidos y dio un giro a la política que llevaba Morales, quien expulsó en 2013 a USAID de Bolivia acusándola de intromisión en la política nacional por apoyar a grupos y gobiernos locales de oposición.
El izquierdista Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, también expulsó en 2008 al embajador estadounidense en La Paz y posteriormente a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
El lunes el gobierno de Trump restituyó una dispensa que permitirá reanudar la ayuda a la nación andina.
El Tribunal Constitucional de Bolivia aprobó este miércoles que el gobierno de Áñez y los legisladores se mantengan en el poder hasta que se celebren las elecciones del 3 de mayo.
Fuente: Diario las Américas