Estados Unidos ha continuado endureciendo las sanciones a Venezuela tras el encuentro de José Luis Ábalos con la vicepresidenta del Gobierno de Nicolás Maduro. Solo 24 horas después del incidente del ministro de Transportes con la número dos del régimen chavista, Delcy Rodríguez, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció que había decidido incluir en su lista negra los aviones que utiliza el Ejecutivo venezolano para moverse por el mundo y que incluye el que usó Rodríguez días después de verse con Ábalos.
La medida afecta a 15 aviones propiedad de Petróleos de Venezuela SA —PDVSA, la empresa pública más poderosa del país— entre los que se encuentra el Dassault Falcon 2000EX con matrícula YV3360. Aunque no es con el que aterrizó en Madrid, Rodríguez lo empleó este jueves para volver a Caracas tras su visita oficial de cuatro días a Turquía. Estambul era su destino final cuando hizo escala en la Terminal Ejecutiva del aeropuerto de Barajas en la madrugada del domingo al lunes. Allí llegó en un Falcon 900LX matrícula TC-AKE operado por la compañía privada Sky Valet y, tras la parada técnica de 14 horas en la que mantuvo el encuentro con el secretario de Organización del PSOE, volvió a subirse al mismo aparato para despegar rumbo a Estambul.
La medida afecta a 15 aviones propiedad de Petróleos de Venezuela SA, PDVSA, la empresa pública más poderosa del país
Para el camino de regreso a Caracas, la mandataria venezolana usó uno de los Falcon de PDVSA. En ese momento, ya pesaba sobre el avión el embargo de Washington. El Departamento del Tesoro aseguró el martes que ha tomado esta decisión tras detectar que la flota de aeronaves de la compañía venezolana del petróleo era usada recurrentemente por el Ejecutivo de Maduro para sus desplazamientos por el exterior.
El organismo, que tiene una influencia decisiva en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y la corrupción internacionales, puso especial atención en el aparato empleado por Rodríguez en su viaje de vuelta a Latinoamérica. Precisó que el YV3360 fue utilizado a finales del pasado verano por el ministro del Petróleo y presidente de PDVSA, Manuel Quevedo, para asistir a una cumbre de la OPEP en Emiratos Árabes Unidos. Además, a lo largo de 2019, el chavismo habría recurrido varias veces a esa misma aeronave para transportar a funcionarios de alto rango, «una continuación de la apropiación indebida de los activos de PDVSA por parte del régimen de Maduro», según el Departamento del Tesoro. Rodríguez ha sido la última en probar sus asientos.
La inclusión de los aviones en la lista negra de la OFAC a las 24 horas del episodio de Ábalos puede tener consecuencias fatales para el gobierno bolivariano. La medida implica que sobre las aeronaves y cualquier otro elemento relacionado con ellas (cuentas bancarias, licencias de vuelo…) recae desde el martes una orden ejecutiva de embargo. Además, ninguna empresa o ciudadano estadounidense puede hacer negocios o utilizar ese activo sin exponerse a una fuerte sanción. Ni siquiera está permitido proporcionarles repuestos.
El Departamento del Tesoro no menciona el avión con matrícula TC-AKE con el que Rodríguez aterrizó en Barajas en la madrugada del lunes, pero su anuncio deja en una situación comprometida al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Un día antes de que Estados Unidos anunciara esta fuerte sanción contra el régimen de Maduro, Ábalos acudió de madrugada a Barajas para cruzar unas palabras con la número dos del chavismo y recibir amistosamente al ministro de Turismo, Félix Plasencia, que llegó a Madrid en el mismo aparato. Tras la escala, el avión de Rodríguez continuó hacia Turquía sin que el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos pusiera problemas.
Tras la escala, el avión de Rodríguez continuó hacia Turquía sin que el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos pusiera problemas.
La dirigente tomó más precauciones para la vuelta a Venezuela en el Falcon 2000EX de PDVSA con matrícula YV3360. El alcance de la aeronave ronda los 5.800 kilómetros, insuficiente para cubrir los 9.700 kilómetros que separan Estambul de Caracas, por lo que Rodríguez se vio obligada a hacer una escala. Pero, al contrario que en la ida, se aseguró de no posar el avión sobre suelo europeo. A última hora del jueves, el avión estaba sobrevolando la isla italiana de Cerdeña. Después, viró para poner rumbo a Argelia. Cuando estaba ya cerca de Argel, la capital del país norteafricano, el Falcon desapareció del radar. No volvió a conectarse hasta dos horas después, cuando ya se alejaba de la ciudad argelina. Al salir de Argel bordeó espacio aéreo español pero sin llegar a entrar en él.
Según expertos consultados por este diario, esos datos indicarían que la aeronave en la que viajaba la vicepresidenta venezolana habría optado por hacer la parada técnica necesaria para cruzar el Atlántico en el aeropuerto internacional Houari Bomedienne, situado a las afueras de Argel. Tras repostar, puso rumbo hacia el aeropuerto de Maiquetía, en Caracas, donde finalmente tomó tierra en torno a las 14 horas de este viernes.
De forma casi simultánea a ese último aterrizaje, el subsecretario de Estado para las Américas de Estados Unidos, Jon Piechowski, manifestó que Washington tiene muchas preguntas que hacer al Gobierno de Sánchez sobre el encuentro de Ábalos con Rodríguez y lo calificó de «muy sorprendente». «Ciertamente esto no es un acontecimiento muy bienvenido», declaró.
Fuente: El Confidencial