Abrams rechazó las declaraciones de la defensa de Saab, quienes afirman que la detención fue ilegal y que su caso está siendo utilizado con fines políticos.
Saab y su equipo de abogados, liderado por el exjuez español Baltasar Garzón, acusan a EEUU y a Cabo Verde de perseguirlo políticamente. Para el máximo responsable para Venezuela e Irán en el servicio diplomático estadounidense, las alegaciones del aliado de Maduro son erróneas.
El funcionario norteamericano afirmó al diario español ABC que lo que ha sido político es la agresiva campaña de mentiras y desinformación que Saab y el régimen de Maduro han publicado en sus medios de comunicación y en las redes sociales.
“Lo que ha sido político es la agresiva campaña de mentiras y desinformación que Saab y el régimen de Maduro han montado en sus medios y en las redes sociales en un intento de influir en el proceso judicial e influir en la opinión pública caboverdiana. A pesar de esta presión política, tenemos fe y confianza en la integridad del sistema judicial de Cabo Verde y esperamos que se haga justicia”.
“Esto en un intento de influir en el proceso judicial e influir en la opinión pública caboverdiana. A pesar de esa presión política, tenemos fe y confianza en la integridad del sistema judicial de Cabo Verde y esperamos que se haga justicia”, agregó.
Asimismo, el diplomático envió un mensaje a la comunidad internacional para que se sumen a la iniciativa de Estados Unidos contra los excesos del régimen venezolano.
“Según Transparencia Internacional, Venezuela es uno de los cinco países más corruptos del mundo. La actual crisis es una gran prueba para la comunidad internacional. Creemos que la cooperación internacional, a través de una combinación de sanciones y diplomacia, puede lograr una restauración pacífica de la democracia. Así como la estabilidad económica y el estado de derecho”, aseguró Abrams.
“Bajo Maduro, Venezuela se ha convertido en sede mundial de la corrupción mundial”, añadió.
El empresario colombiano señalado de ser testaferro de Maduro, tiene un papel clave en el programa gubernamental Comité Local de Abastecimiento y Producción, que se encarga de la distribución de alimentos subvencionados -muchos de ellos, importados- a las familias más desfavorecidas del país.
Según la oposición venezolana, el barranquillero, de 48 años, amasó una fortuna vendiendo al régimen de Maduro miles de toneladas de alimentos de dudosa calidad y con sobrecostes, lo que produjo una millonaria pérdida patrimonial al país.
Fuente: Diario las Américas