QUITO.- El martes, autoridades ecuatorianas confirmaron la llegada de ayuda proveniente de Estados Unidos para enfrentar la creciente violencia generada por organizaciones criminales.
Un avión «Antonov», que transportaba la cooperación estadounidense, aterrizó en territorio ecuatoriano la noche del lunes, según informó el almirante Jaime Vela, jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas. Además, destacó que esta acción acelera el arribo de la colaboración material, en el marco de un convenio entre ambos países vigente desde el año anterior.
En la capital ecuatoriana, una delegación de alto nivel encabezada por Christopher Dodd, enviado especial para las Américas del presidente de Estados Unidos, supervisa la cooperación.
El almirante resaltó que un total de 45 países respaldan a Ecuador en su lucha contra la delincuencia, mientras enfrenta desde principios de 2021 una escalada de violencia perpetrada por bandas del crimen organizado vinculadas al narcotráfico.
Ecuador busca a «Fito»
Consultado sobre la búsqueda de Adolfo Macías, alias Fito, líder prófugo de la mayor organización criminal del país, Los Choneros, Vela expresó confianza en que están cerca de capturarlo. Ecuador cuenta con la colaboración de la inteligencia de Estados Unidos y Colombia en este esfuerzo conjunto.
Las autoridades ecuatorianas reportaron que, desde el 7 de enero, alias Fito se encuentra prófugo tras escapar de una cárcel en Guayaquil. Además, otro líder regional de otra banda, Fabricio Pico, también está en paradero desconocido.
Ante esta situación, el presidente Daniel Noboa declaró el estado de conflicto bélico interno para hacer frente a la violencia criminal. Grupos combinados de militares y policías han desplegado una fuerte presencia en las calles y han intervenido en las cárceles, logrando inicialmente reducir el número de muertes violentas de 28 a 10 diarias en lo que va del mes.
En cuanto a los familiares de alias Fito, expulsados desde Argentina la semana pasada, el comandante de la policía, general César Zapara, aseguró que «no tienen un proceso en su contra, son personas libres», pero se encuentran «localizados y vigilados».