El ministro de Relaciones Exteriores del régimen cubano, Bruno Rodríguez, reaccionó en Twitter: la «nueva medida punitiva del Departamento de Estado (…) pretende reforzar un cerco económico que no ha podido destruir la Revolución Cubana en 62 años».
Esta medida se produce en medio de recientes especulaciones sobre que el gobierno del presidente Donald Trump, en sus últimos días al frente de la Casa Blanca, sopesa la posibilidad de volver a designar a la isla como Estado patrocinador del terrorismo.
De concretarse este movimiento, Cuba sufriría trabas significativas a la inversión extranjera y podría obstaculizar la diplomacia con el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden.
Según el diario The New York Times, el Departamento de Estado ya elaboró una propuesta para esta iniciativa pero no está claro si Pompeo la aprobaría.
Un portavoz del Departamento de Estado se negó a comentar las «posibles deliberaciones sobre la designación» de Cuba.
Esta especulación provocó ya hace unos días una reacción por parte del canciller cubano, quien reiteró una denuncia frecuente de que es Estados Unidos el que alberga «grupos terroristas que actúan contra Cuba».
Esta postura es rechazada por los activistas anticomunistas cubano-estadounidenses.
El 3 de enero se celebrará el 60º aniversario de la ruptura de las relaciones entre Estados Unidos y la isla tras la revolución.
Las tensiones finalmente se relajaron bajo el mandato del presidente estadounidense Barack Obama, quien estableció relaciones diplomáticas y retiró a Cuba de la lista de terroristas en 2015.
Biden, que fue vicepresidente de Obama, ha dado sólo rasgos generales sobre la política que vislumbra con Cuba, pero indicó que volvería a relajar algunas restricciones al tiempo que seguirá planteando las preocupaciones sobre derechos humanos.
Fuente: Diario las Américas