Cuando el 17 de octubre de 2003 se producía el derrocamiento del presidente constitucional de Bolivia luego de más de un año de conspiración, violencia, falsificación de narrativa, intervención externa y del narcotráfico, se optó por aceptar la versión de la sucesión constitucional con la que el vicepresidente asumía las funciones del presidente al que derrocó. Fue la toma del poder para hacer de Bolivia la dictadura/narcoestado que es hoy y que tiene graves efectos geopolíticos en los países limítrofes, Chile, Perú, Brasil, Paraguay y Argentina, y en las Américas.
El año 1966 Fidel Castro y el Che Guevara decidieron “establecer un foco guerrillero en Bolivia, un país que estando en el corazón de Sudamérica y limitando con Argentina, Chile, Perú, Brasil y Paraguay, permitía extender con facilidad la guerra de guerrillas en todo el subcontinente”, como lo expresa textualmente el “comunicado número 3 del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia”. La violencia estalló el 23 de marzo de 1967 con la primera emboscada de los guerrilleros a soldados bolivianos y terminó con el fusilamiento del Che Guevara el 9 de octubre del mismo año.
En ese tiempo la dictadura castrista de Cuba expandía su violencia con guerrillas creando “ejércitos de liberación nacional” y grupos guerrilleros rurales y urbanos con los que ensangrentó toda la región, y continúa sosteniendo como las FARC y el ELN en Colombia. Guerrillas, terrorismo, narcotráfico, conspiraciones y todo tipo de crímenes son las características del castrismo expandido en las Américas desde 1959 hasta la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 y la desaparición de la Unión Soviética (URSS) el 26 de diciembre de 1991. La historia de la violencia en las Américas durante la guerra fría es la historia de los crímenes de la dictadura de Cuba.
Bolivia cumplió en 2003 los 21 años de retorno a la democracia. De 1985 a 1989 con el presidente Víctor Paz Estenssoro terminó la hiperinflación aplicando la nueva política económica y cesó el narcoestado con la lucha contra el narcotráfico. El presidente Jaime Paz continuó las políticas de estado económicas y lucha antinarcóticos, preparando la reforma constitucional. De 1993 a 1997 el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada creó la capitalización social, bonosol, reforma educativa y más, y concretó la reforma constitucional. La presidencia del Gral. Hugo Banzer de 1997 a 2001 (que no terminó su mandato por enfermedad) concretó el éxito de la lucha contra el narcotráfico con la reducción de cultivos ilegales de coca que había iniciado su antecesor.
Bolivia democrática tenía como mínimo 3 políticas de estado:
La democracia como sistema en una República fundada en una sola nación, la boliviana.
La política económica de liberalismo social, libertad de emprendimiento e inversión de sus frutos en la lucha contra la pobreza.
La lucha contra el narcotráfico con prevención social, la erradicación de cultivos ilegales de coca, la interdicción y el desarrollo alternativo.
Estas referencias históricas muestran la importancia para el castrismo del siglo XX, convertido en castrochavismo del siglo XXI, de tomar y controlar Bolivia y del derrocamiento de octubre de 2003 con el que puso en marcha una agenda que luego se haría común para los países latinoamericanos donde penetra: asambleas constituyentes y referéndums, persecución encarcelamiento y exilio político, estado plurinacional, narcoestado, terrorismo de estado, violación de derechos humanos, impunidad y desaparición de todos los elementos esenciales de la democracia.
A 19 años de quebrada la democracia, la República de Bolivia ha sido suplantada por el estado plurinacional, proyecto intentado en Chile y derrotado el pasado 4 de septiembre pero en el que persisten; propuesto y hasta ahora rechazado en Perú; impuesto en Ecuador por Correa. Bolivia en el año 2003 tenía 3.000 hectáreas de coca ilegal -eran 50.000 en el año 1993- y hoy tiene cerca de 100.000, ha expulsado a la DEA, es narcoestado y gravita sobre todos los países limítrofes con el volumen de cocaína que produce y trafica.
El año 2003 Bolivia era la potencia gasífera del Cono Sur y hoy no tiene gas, pero sus reservas de litio y minerales estratégicos son controladas por Rusia, Irán y China. Es el centro geopolítico de desestabilización de sus vecinos y de la región, como lo prueban hoy Chile y Perú, es la plataforma silenciosa de penetración de las dictaduras mundiales y es eje del narcotráfico dirigido a Chile, Brasil, Paraguay, Perú y Argentina con destinos a Estados Unidos, Europa y Asia.
Estas consecuencias y peores son las que producen la pérdida de la democracia y el establecimiento de una dictadura y narcoestado del socialismo del siglo XXI, que empezó en Bolivia con el derrocamiento de octubre de 2003.
Carlos Sánchez Berzaín
Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy