El calvario del servicio militar en Cuba

Un artículo de Antonio Rodríguez Paz para DIARIO DE CUBA, describe el drama de las madres en la isla con el servicio militar obligatorio de sus hijos. Reproducimos el texto:
El tema de la obligatoriedad versus voluntariedad del Servicio Militar en Cuba se ha reavivado en los últimos días tras los lamentables sucesos de los 14 desaparecidos en el incendio de la terminal de supertanqueros de Matanzas. Eran jóvenes de entre 18 y 20 años que prestaban servicio de bomberos del MININT, o al menos en su mayoría (porque los datos específicos aún no han sido aclarados por fuentes oficiales).
«Ahora que veo lo que pasó en Matanzas con esos muchachos me pongo a pensar lo estúpida que fui cuando firmé el papel ese en el Comité Militar. Como todo el mundo firma uno ni se percata que con eso estás mandando a tu hijo a la muerte posiblemente, y con eso les quitas la responsabilidad», comenta a DIARIO DE CUBA Magalis, una madre holguinera consternada y solidaria con las que perdieron a sus hijos en el siniestro de Matanzas.
«Aunque la verdad es una trampa, te coaccionan y firmas. No se siente que es posible negarse, lo presentan como una mera formalidad. No es que te dan opciones, todo el mundo firma después de una muela tremenda donde ir al Servicio Militar es un deber sagrado. Pero, parece que requieren la firma de uno de los padres para lavarse las manos», añade.
«¿Cómo deben sentirse esos padres de los jóvenes que se quemaron en Matanzas sabiendo que, sin darse cuenta, ellos mismos autorizaron a que hicieran lo que quisieran con sus hijos? Todo es una manipulación. Yo apoyo a esas madres que dicen que no van a dejar a sus hijos se los lleven. Si fuera ahora, con la experiencia de hoy, no les firmo ningún papel», asegura Magalis.
Yakelín tiene un hijo de 15 años que termina este año la secundaria básica y asegura que no lo dejará pasar «el verde». «No sé qué voy a inventar, pero mi hijo no pasa eso. ¡Ni loca lo permito! Que busquen bomberos voluntariamente, gente mayor de edad que le guste ese oficio y pasen cursos por voluntad propia. ¿Por qué tienen que coger niños para eso? Eso no tiene nombre, el mío no va. Ni quiero tampoco que aprenda a ser militar, ¿para qué, si aquí no hay guerra?».
El temor de las madres y padres a enviar sus hijos al Servicio Militar, donde alistarlos en el cuerpo de bomberos del MININT es una de las opciones, está bien fundamentado tras el trágico suceso de Matanzas. Porque se trata de adolescentes que, tras un breve entrenamiento básico, son lanzados a enfrentar las llamas.
Puede ser menos complicado, y hasta irrelevante, cuando se trata de un evento pequeño, como seguramente sucede a menudo; pero si ocurre alguno de gran magnitud y riesgo, como con el hotel Saratoga o la terminal de supertanqueros de Matanzas, donde la experiencia y profesionalidad deben imperar, enviar adolescentes desentrenados es un acto de irresponsabilidad que tiene implicaciones e interpretaciones incluso más graves.
«Posiblemente me ponga junto con el niño a estudiar con los Testigos de Jehová, dicen que a ellos no los obligan. Negarse de plano puede ser peor, dicen que hasta lo pueden meter preso», comenta Sulén, otra madre angustiada por el alistamiento de su hijo.
«Es una desgracia tener obligatoriamente que pasar el Servicio Militar. Han inventado eso de ‘que se hacen hombres’ o de que ‘se vuelven maduros y responsables’. Pero es un cuento, lo que sí es verdad es que pueden morir. El niño nada más tiene 14 años y ya tiemblo de pensar en eso», agrega Sulén.
El tema del Servicio Militar en Cuba es tendencia en el debate nacional desde que en mayo pasado una funcionaria del MINREX expuso en la ONU el supuesto de que no era obligatorio. Aseguró que «ciudadanos de ambos sexos que así lo deseen, y lo expresen manifiestamente, pueden incorporarse de manera voluntaria».
Sin embargo, los sitios oficiales como EcuRed y las propias leyes la desmienten, al reflejar que «el Servicio Militar Activo (SMA), antes conocido como Servicio Militar Obligatorio (SMO), constituye una de las vías para (…) cumplir con el deber de servir con las armas a la Patria». Y «todos los ciudadanos del sexo masculino deben cumplir el Servicio Militar Activo, por el plazo de dos años». Mientras que solo «las mujeres están exentas por ley del servicio de las armas, a menos que manifiesten su voluntad de pasarlo».
La Ley 75 de la Defensa Nacional y el Decreto Ley 224 del Servicio Militar regulan todo lo concerniente al Servicio Militar Activo. Está estipulado que todo joven, al arribar a los 16 años, inicie el proceso de inscripción y se convierta en pre-recluta. Los jóvenes que obtengan becas de carreras universitarias no quedan exentos, sino que en vez de dos años, el tiempo de servicio es de 14 meses.
No son pocos los casos de lamentables incidentes que han ocurrido en el Servicio Militar en Cuba, algunos mortales como el reciente en Matanzas o las guerras en el extranjero, a donde eran enviados en el pasado; y otros con daño físico o sicológico duradero o permanente.
Eventualmente, en las redes sociales se dan quejas y denuncias de los padres insatisfechos, que son expresión de la resistencia ciudadana a la obligatoriedad. Que es un hecho, independientemente de que se intente camuflar con la autorización bajo coacción de los padres y de discursos ambiguos en foros internacionales.
Fuente: Diario Las Américas