El Consejo de Seguridad de la ONU ha expresado su «profunda preocupación» por la situación en Haití, donde la violencia en los últimos meses ha creado un clima de inseguridad y una crisis humanitaria sin precedentes en el país.
La representante especial de la ONU en el país, María Isabel Salvador, ha relatado frente al Consejo las observaciones de la organización en el terreno, donde han documentado numerosos secuestros, violencia sexual y de género, tráfico de personas, homicidios, ejecuciones extrajudiciales y el reclutamiento de niños por parte de grupos armados y redes criminales.
El Consejo ha condenado enérgicamente las crecientes actividades criminales y las violaciones y abusos a los Derechos Humanos que ha provocado esta crisis de seguridad, y han recordado el papel de la ONU para imponer sanciones a individuos o grupos responsables de estos abusos, pidiendo un cese inmediato de las ilegalidades.
También ha participado en la reunión la directora ejecutiva de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, Ghada Fathi Waly, cuyos reportes sobre el tráfico ilegal de armas que circulan por y desde Haití también han preocupado «gravemente» al organismo.
Además, han reiterado la necesidad urgente de prohibir la importación de armas y material relacionado de todo tipo a actores fuera del Estado que participan o apoyan la violencia de bandas criminales, las actividades ilícitas o los abusos de Derechos Humanos en Haití.
Según las cifras recopiladas por la Policía y por la misión de la ONU, en el primer trimestre de 2023, se registraron 1.647 incidentes violentos, lo que representa el doble frente al mismo periodo de 2022, cuando hubo 692 hechos delictivos, entre los que se encuentran homicidios, violaciones, secuestros o linchamientos.