El fraude cometido por el régimen de Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio marcó un antes y un después para el chavismo. Por un lado, quedó expuesto ante el mundo su carácter autoritario perdiendo incluso el apoyo incondicional de aliados como el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Por el otro, renació de las cenizas una figura que había sido relegada durante los últimos años y ahora es quien acumula más poder: Diosdado Cabello.
Con los últimos cambios en la cúpula militar y los organismos de inteligencia, el número dos del chavismo preserva un importante espacio: el Servicio Bolivariano Inteligencia Nacional (Sebín), con Alexis Rodríguez Cabello, quien sustituye a Gustavo Enrique González López. Aunque ambos forman parte del círculo de confianza de Diosdado Cabello, ahora las órdenes no llegarán por debajo de la mesa. Y es que Maduro puso nuevamente al conductor del programa Con el mazo dando al frente del Ministerio de Interior y Justicia 21 años después de haber ocupado ese puerto y luego de haber estado fuera del Ejecutivo por más de una década.
“Diosdado Cabello en todo el gobierno pasado, hablando del periodo presidencial 2018 – 2024, en todo ese periodo no tuvo ningún cargo en el Ejecutivo. Llama la atención que vuelve al Ejecutivo, y además con un cargo de extrema importancia y sensible como es el Ministerio de Interior y Justicia. Por ahí ves que hay mayor incidencia del grupo de Cabello en el gobierno, así como otros cargos relevantes que están bajo su alcance. Eso sin duda alguna implica mayor dominio o influencia de Cabello sobre el gobierno”, señala el analista y presidente de Poder & Estrategia, Ricardo Ríos, en conversación con PanAm Post.
Sin embargo, no cree que se pueda hablar aún de un movimiento de fichas del número dos del chavismo para desplazar a Nicolás Maduro. “Creo que faltarían muchos elementos. Maduro sigue siendo el actor, viéndolo desde el punto de vista del juego político interno del gobierno, que tiene más incidencia en el Ejecutivo, y no solamente en los ministros sino en cargos de importancia estratégica”.
Reconfiguración para mantener el poder
Ricardo Ríos estima que por el momento aún no llega el quiebre militar que busca la oposición para que se reconozcan los resultados de las elecciones del 28 de julio que dan como ganador a Edmundo González con una amplia ventaja, según las únicas actas publicadas. “Yo no me aventuraría a decir que esto implicaría un quiebre militar. Creo que implica que hay turbulencias a lo interno del gobierno. Hay reconfiguración. Y eso por supuesto no es un mensaje de solidez y de fuerza, pero es una reconfiguración para el mantenimiento del poder”.
Y justamente para mantener el poder necesitan mostrar cohesión Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, pese a las conocidas diferencias. Y es que el hecho de haber sido el artífice de la represión en los días posteriores al 28 de julio fue lo que le permitió a la dictadura impedir que las protestas se extendieran y se intensificaran, algo que tenía que pagarle Maduro a Diosdado Cabello con las cuotas de poder que buscaba y que esperó pacientemente hasta que le llegó su momento.