Volver a una mesa de diálogo. Ese es el camino que delinea la Unión Europea (UE) en sus conclusiones sobre Venezuela a pesar de lo infructuosa y ventajista para el régimen que ha resultado esta opción. Adicionalmente, el Consejo de la UE rechaza el fraude electoral del pasado 6 de diciembre y pide que se garantice la seguridad y la libertad de los opositores que conforman la Asamblea Nacional electa en 2015, incluyendo a Juan Guaidó, pero no hace referencia a él como presidente interino, como sí lo aclara –por ejemplo– el nuevo gobierno estadounidense.
«La UE reitera su llamado a la garantía de todos los derechos políticos y civiles, a la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos y a la libertad y seguridad de todos los opositores, en particular los representantes de los partidos de oposición elegidos para la Asamblea Nacional de 2015, y especialmente Juan Guaidó, así como otros representantes de la oposición democrática. La UE los considera actores importantes e interlocutores privilegiados y anima a la oposición democrática a adoptar una postura unificada con miras a un proceso inclusivo de diálogo y negociación».
En sustitución del reconocimiento del cargo de presidente interino, Guaidó es considerado junto a los demás representantes de oposición elegidos para la Asamblea Nacional de 2015 como “actores importantes y interlocutores privilegiados».
La interpretación del interinato
Este manejo de su figura sin la jerarquía que se desprendería de la extensión del mandato aprobada por el parlamento opositor, lo omite Guaidó o así lo hace parecer. Desde su cuenta en Twitter interpretó que aún cuenta con el respaldo del bloque.
En el documento de dos páginas con ocho puntos sobre Venezuela difundido por la UE, se deduce que su voz no es suficiente porque para que la negociación sea exitosa “el proceso debe involucrar a representantes de las autoridades y de la oposición democrática, así como de las organizaciones de la sociedad civil”. De acuerdo con la UE, el objetivo debe ser la realización de elecciones presidenciales, legislativas y locales «inclusivas y transparentes».
La ambigüedad de la UE frente a la claridad de EEUU
Por el contrario, el nuevo gobierno estadounidense sí hizo referencia directa al reconocimiento a Juan Guaidó como presidente interino. El secretario de Estado de Joe Biden, Antony Blinken, dejó claro que la administración demócrata dará continuidad a la fuerte presión contra el chavismo ejercida por el republicano Donald Trump en sus cuatro años de mandato. Precisó que mantendrá las sanciones contra los dirigentes chavista y Guaidó seguirá siendo reconocido por Biden como presidente interino porque Maduro es un “brutal dictador”, según reseñó La Vanguardia.
Si bien es incorrecto afirmar que la UE le quitó el reconocimiento a Guaidó, ya que nunca se lo ha dado como boque, también está sesgada la información divulgada por dirigentes opositores que destacan un supuesto respaldo de la Unión Europea a la extensión del mandato. Es necesario precisar que desde la juramentación de Guaidó en 2019, la UE dio libertad a los estados miembros para decidir de manera individual si reconocían o no el interinato en Venezuela.
Chavismo sujeto a condiciones
La Unión Europea también le impone condiciones al régimen de Nicolás Maduro. El chavismo debe garantizar los derechos políticos y civiles, seguridad y libertad de los opositores así como también la de los presos políticos porque “no puede haber salida a la crisis política en Venezuela si sus ciudadanos temen ser arrestados y perseguidos, incluidos sus familiares, por ejercer sus derechos y libertades fundamentales”.
Si el bando rojo incumple “la UE estará particularmente atenta a cualquier acto de represión, en particular contra miembros de la oposición, representantes de los medios de comunicación independientes y de la sociedad civil”.
Además le advierte al régimen que “los responsables de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas deben rendir cuentas” y asegura que “en vista del deterioro de la situación de los derechos humanos, el estado de derecho y la democracia en Venezuela, la UE está dispuesta a adoptar medidas restrictivas específicas adicionales contra aquellos que socavan la democracia o el estado de derecho y los responsables de graves violaciones de derechos humanos». Esas medidas –aclara el documento– están diseñadas para no dañar a la población venezolana.
Elecciones no reconocidas
La meta de la Unión Europea es que ambas partes concreten un acuerdo para unos comicios tomando en cuenta que “en las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2020 se perdió la oportunidad para la democracia” al celebrarse sin un acuerdo nacional sobre condiciones electorales y sin los estándares internacionales para un proceso democrático.
Como consecuencia, declara que la “UE no puede reconocer este proceso electoral como creíble, inclusivo o transparente y, por tanto, su resultado no puede considerarse representativo de la voluntad democrática del venezolano”.
Esa jornada “redujo el espacio democrático en el país e impidió persistentemente la resolución de la profunda crisis política en Venezuela”, concluye la Unión Europea.
Fuente: PanamPost