Chile, Costa Rica y Venezuela se disputan los dos puestos que hay disponibles para el Grupo de América Latina y el Caribe (GRULAC) en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. La competencia por estos dos escaños para el periodo 2023 – 2025 es feroz. Chile se enfrenta a otra prueba en materia de política exterior. Sin lugar a dudas, un voto será para su propia postulación pero la gran pregunta es: ¿A quién le dará el segundo voto, a Costa Rica o a Venezuela?
La votación está complicada este año para el régimen de Nicolás Maduro, que busca mantener el asiento que Venezuela consiguió en 2019 con 105 votos a favor.
Si bien el régimen venezolano en aquella jornada obtuvo su puesto tras superar a Costa Rica (que se quedó con 96 votos) y logró ingresar junto con Brasil, nación que aglutinó 153 votos, ahora el chavismo compite en medio de la divulgación del reciente informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de Naciones Unidas, donde funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) son señalados como responsables de crímenes de lesa humanidad.
La revisión de 122 casos de víctimas de torturas, violencia sexual y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes perpetrados por agentes de seguridad en las sedes de Boleíta, El Helicoide y en una red de centros de detención clandestinos demuestran que el chavismo diseñó y desplegó una maquinaria para ejecutar y reprimir a la disidencia.
«Este plan fue orquestado al más alto nivel político encabezado por el presidente Nicolás Maduro y apoyado por otras altas autoridades», apuntó la presidente de la misión de la ONU, Marta Valiña, en la presentación del informe que sirve de antesala a la votación este martes por los dos puestos en la ONU.
Una encrucijada para Chile
La Administración de Gabriel Boric cree que Chile ganará uno de los dos asientos en disputa. Su gobierno priorizó la postulación al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, a través de su canciller, Antonia Urrejola, quien de acuerdo con ExAnte, estuvo «captando votos en el edificio de la ONU con la embajadora de Chile en la ONU, Paula Narváez».
Según este medio chileno «las gestiones se potenciaron estos meses con viajes y reuniones de Urrejola, Narváez, la subsecretaria Ximena Fuentes y el cuerpo diplomático en la ONU y en distintas embajadas alrededor del mundo».
Pero en el palacio presidencial de La Moneda no pueden cantar victoria sobre estas gestiones ante los escándalos de la política exterior y los “pitutos” (contratados por afinidad) en los nombramientos.
Boric intentará sortear el panorama usando los dos votos de Chile con supuesta estrategia: se estima que otorgará –evidentemente– el primer voto a su propia postulación y el otro a Venezuela, luego de sus «señales» hacia este país durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU, al evitar condenar las violaciones a los derechos humanos por parte del régimen chavista.
Además, bajo su gobierno, Chile formó parte del bloque de países en la Organización de Estados Americanos que negó apoyo a la representación del opositor Juan Guaidó, reconocido aún por EE. UU. como presidente «encargado» de Venezuela.
Sin embargo, esto marcaría para Boric un giro en su política hacia Venezuela, tras sus intentos por mantenerse distanciado de la dictadura venezolana que le han costado insultos por parte del número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quien se refirió el mes pasado al mandatario chileno como un «bobo, gafo que queda en ridículo», por haber mencionado durante su discurso en la Asamblea General de la ONU la crisis humanitaria que vive el país caribeño.
Sin mayor oportunidad
El escenario para Costa Rica en la escogencia de los dos puestos al Consejo de DD. HH. de la ONU es desalentador ante la lentitud de la promoción de su aspiración. El país centroamericano oficializó su pretensión en las jornadas inaugurales de la última Asamblea General, celebrada el 20 de septiembre en Nueva York, mediante el canciller Arnoldo André Tinoco, quien remplazó al presidente Rodrigo Chaves en el evento.
El protocolo para la elección establece que cada uno de los 193 representantes de los Estados miembros de Naciones Unidas recibirá un documento por cada uno de los cinco grupos geográficos que conforman al CDH. En cada hoja (una por región) estará la lista con los países candidatos.
Se exige marcar el número de candidatos máximos que corresponda por cada región. En el caso del Grupo de América Latina y el Caribe (GRULAC), los países pueden señalar hasta dos opciones. En caso de exceder la cantidad, el voto será nulo.
Una vez concluida la votación, funcionarios diplomáticos de cada región colectarán los votos en una urna secreta. Luego de contarlos emitirán un acta con los resultados por región geográfica, donde indicarán el número de cupos vacantes, el cuórum respectivo y el número de votos que obtuvo cada país candidato.
Por protocolo, para el GRULAC primero se mencionará cuántos votos obtuvo Chile, después Costa Rica y por último Venezuela.