La decisión del gobierno cubano de redolarizar parcialmente la economía implicará al menos una década de presencia del billete verde en Cuba y responde directamente a la crisis de liquidez que vive el país, indicó este lunes el economista Pavel Vidal, ex analista en la División de Política Monetaria del Banco Central de Cuba.
Vidal, quien reside en Colombia, publicó un artículo que analiza “seis lecciones de la política monetaria cubana”, justo en momentos en que el oficialismo apremia para unificar las dos monedas que circulan en la isla y los diversos tipos cambiarios.
En Cuba circula el peso cubano o moneda nacional (CUP) y el peso convertible (CUC). El peso convertible en teoría tenía paridad con el dólar norteamericano y era la moneda usada para comprar en las llamadas Tiendas Recaudadoras de Divisas, en manos de los militares.
El peso cubano es la moneda en que cobran los trabajadores de la isla y se utiliza para comprar una cada vez más escasa canasta básica subsidiada por el Estado. El gobierno ha dicho que eliminará el peso convertible desde hace más de una década.
En la isla también hay dos tipos de cambio: uno para la población que cambia el peso convertible CUC por 25 pesos en moneda nacional y otro para las empresas donde la moneda nacional y la convertible tienen paridad.
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“En Cuba, como en la casi totalidad de las economías este año, la Covid-19 es la principal amenaza para la producción de bienes y servicios, el empleo y el bienestar social”, dijo Vidal, que actualmente trabaja como profesor en la Universidad Javeriana de Cali.
El gobierno se ha visto obligado a cerrar fronteras, con lo que el turismo, una de las pocas ramas rentables de la economía cubana, se vino abajo.
Ante la pandemia, el gobierno ha tenido que “expandir el gasto y el endeudamiento público”, justo en momentos en que la economía atravesaba una crisis por la caída del comercio con su principal socio, el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, y el incremento de las sanciones de Estados Unidos.
“Son muy estrechos los espacios que en 2020 tienen las políticas macroeconómicas para acomodarse a las necesidades de la compleja situación económica sin provocar una aceleración de la inflación”, escribió Vidal.
Se conoce como inflación el proceso por el cual el dinero pierde su valor adquisitivo, por lo que los precios se elevan.
Vidal considera que se trata de una situación “alarmante”, justo en un país “sin un acceso fácil a los mercados internacionales de capitales y que no es miembro de las principales instituciones financieras multilaterales”.
Hasta 2004, según Vidal, cada CUC que se imprimía estaba respadado por un dólar en la reserva bancaria cubana. Eso cambió y le permitió al gobierno imprimir más pesos convertibles sin respaldo para financiar los enormes gastos de la Batalla de Ideas, un proyecto del fallecido gobernante Fidel Castro que amplió enormemente el gasto público.
Vidal dijo que el Banco Central de Cuba necesitó una década para desdolarizar la economía.
En 2019 el Estado, agobiado por las deudas y la falta de efectivo, volvió a permitir la apertura de cuentas en dólares a ciudadanos cubanos y el comercio en tiendas estatales exclusivamente en dólares.
“Si el dólar acaba de reinstaurarse en la economía cubana, tocará esperar tal vez otros 10 años durante los cuales se corrijan los actuales desequilibrios y la confianza en la moneda nacional, antes de que al Banco Central se le ocurra proponer una nueva desdolarización”, añadió.
Vidal cree que el Estado podrá eliminar el peso convertible, pero la unificación monetaria seguirá estando descartada en el corto y mediano plazo.
“Se podrá sacar el CUC y hacer alguna corrección en las tasas de cambio, pero se mantendrá la dualidad CUP/USD”, dijo.
Fuente: El Nuevo Herald