De igual modo, «toda nación que venda armas a Irán contribuye a empobrecer a la población iraní al permitir que el régimen desvíe fondos del pueblo y los use para los fines militares del régimen. El régimen tiene una opción: puede procurar la compra de armas violando las sanciones de la ONU o puede usar sus fondos para atender las necesidades del pueblo iraní. Hoy los iraníes sufren debido a que el régimen sigue reteniendo casi US$ 1.000 millones que corresponden al Ministerio de Salud iraní para que este responda al COVID-19, pese a los reclamos de funcionarios de salud iraníes para que se brinde el financiamiento necesario. El régimen es responsable de las consecuencias del uso que hace de los recursos del pueblo iraní. Las décadas de corrupción y políticas radicales de los líderes del régimen han provocado la debacle de una gran nación. Acompañamos al pueblo iraní que resiste a la tiranía, la dilapidación de sus recursos y los esfuerzos del régimen para reprimir su lucha por la libertad».
«Estados Unidos aspira a que haya paz en Irán y ansía que llegue el día en que los líderes de ese país compartan el mismo objetivo. Cuando los líderes del régimen desistan de sus deseos de exportar la revolución, podrán encontrar en Washington un socio generoso y receptivo», cierra el comunicado.
Irán afirmó el lunes que estaba más inclinado a vender armas que a comprarlas, tras el anuncio del fin del embargo de la ONU sobre sus armas.
Teherán dijo que la prohibición impuesta hace más de una década expiró «automáticamente» el domingo, en virtud del acuerdo sobre el programa nuclear iraní firmado en 2015 con las potencias mundiales, del que se retiró Estados Unidos, gran enemigo de Irán.
«Antes de ser comprador en el mercado de armas, Irán tiene la capacidad de suministrar» a otros países, declaró a la prensa Saeed Khatibzadeh, portavoz del ministerio iraní de Relaciones Exteriores.
«Por supuesto, Irán no es como Estados Unidos, cuyo presidente busca vender armas mortales para masacrar al pueblo yemení», añadió, en referencia a las armas estadounidenses compradas por Arabia Saudita, que lidera una coalición militar que interviene en la guerra de Yemen contra los rebeldes hutíes, respaldados por Teherán.
La expiración del embargo permite a Irán comprar y vender equipos militares, incluido tanques, vehículos blindados, aviones de combate, helicópteros y artillería pesada.
De acuerdo con Khatibzadeh, Irán «actuará con responsabilidad» y venderá armas a otros países «según sus propios cálculos».
El embargo a la venta de armas impuesto a Irán debía expirar progresivamente a partir del 18 de octubre, según la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, que confirmó el acuerdo sobre el programa nuclear de 2015.
Pero Washington argumentó que el comercio de armas con Irán violaría las resoluciones de la ONU y amenazó con sanciones a cualquiera realice estas ventas.
El presidente Donald Trump retiró a su país del acuerdo nuclear y reimpuso unilateralmente sanciones económicas a Irán en 2018.
Fuente: Diario las Américas