El español continúa aumentando su presencia en el panorama político de Estados Unidos. Hace tiempo que el idioma de Cervantes dejó de ser una mera anécdota en las campañas electorales del país, pero el creciente peso demógrafico de los hispanos hace que sean cada vez más decivisos, lo que lleva a su vez a los candidatos en las diferentes contiendas electorales a acercarse a este sector de la población mediante la lengua que les identifica con sus raíces.
Tras las últimas elecciones legislativas, celebradas en 2018, el 16% de los miembros de la Cámara de Representantes y el 15% de los senadores emplean ya el español en su comunicación, según el último informe elaborado por The Hispanic Council sobre el uso de esta lengua en la política de EE.UU. Esto supone un ligero aumento con respecto al mandato anterior, cuando su uso era, respectivamente, del 14% y del 13%.
«En el nuevo Congreso de Estados Unidos, que es el que cuenta con más hispanos de la historia, se utiliza más que nunca el español», recalca The Hispanic Council, que publica con motivo del Día Internacional del Idioma Español la segunda edición de su informe bianual «El español en la política de EEUU: análisis de su uso en la Cámara de Representantes y el Senado».
Los demócratas utilizan más el español
Según este think tank con sede en Madrid, dedicado a analizar la realidad de la comunidad hispana de EE.UU. y promover los lazos entre este país y España, los senadores y congresistas demócratas hacen con diferencia un mayor uso del español que los republicanos. En concreto, el 4% de los congresistas republicanos utiliza el español frente al 26% de los demócratas, mientras que en el Senado el porcentaje se eleva al 8% entre los republicanos y al 23% entre los demócratas.
Son los demócratas también quienes llevan el peso del incremento del uso del español, ya que entre los representantes de este partido ha aumentado un 3% y entre sus senadores un 4%, con respecto a la anterior composición del Congreso. En el campo republicano, el uso del español se mantiene estable en ambas cámaras, si bien con un ligero ascenso en el uso por parte de sus senadores.
«Históricamente, el Partido Demócrata ha tenido más facilidad para captar el voto hispano y ha presentado tradicionalmente a más candidatos hispanos a los comicios -señala el estudio-. Por lo tanto, es lógico que los miembros de este partido sean los que más utilizan el español en su comunicación».
Sin embargo, The Hispanic Council subraya que «cuando el Partido Republicano ha utilizado estrategias para apelar al voto hispano y ha utilizado el español también ha obtenido buenos resultados». En este sentido, pone como «claro ejemplo» Florida y las campañas, con gran uso del español, del hoy senador Rick Scott y del actual gobernador del estado, Ron DeSantis.
De hecho, hay figuras relevantes de uno y otro partido que utilizan el español en el Congreso estadounidense, y no necesarimente son de origen hispano. En el Senado, destacan en el ránking los republicanos Marco Rubio (Florida) y John Cornyn (Texas), apunta el informe. En la Cámara de Representantes, The Hispanic Council subraya el uso del español por parte del republicano Mario Díaz-Balart (Florida).
«Muchos de los miembros del Congreso que no utilizan el español en su comunicación habitual sí lo hicieron para apelar al voto hispano durante el proceso de campaña», explica el documento.
Otro de los aspectos que recoge el informe es la relación entre la juventud de los políticos y el uso que hacen del español. En el Senado se aprecia que los miembros más jóvenes y que menos tiempo llevan sirviendo en la cámara son los que utilizan más el español en su comunicación. En la Cámara de Representantes, esa correlación no es tan clara y el uso del español se distribuye de manera más uniforme independientemente de la edad y los años de servicio, añade.
Recuerda el informe que al menos 22 estados cuentan ya con un mínimo de 10% de población hispana, lo que confirma la tendencia de que la influencia de esta comunidad se produce a nivel nacional y no sólo en estados tradicionalmente hispanos como Texas, Florida o California.
Factor clave en las elecciones de 2020
En las elecciones a la Casa Blanca previstas para el 3 de noviembre de este año, 32 millones de hispanos tendán derecho a voto, más del 13% del total del electorado de EE.UU., según los datos del instituto investigador Pew. Superarán así a la comunidad afroamericana, sitúandose como la minoría del país con mayor peso en los comicios.
En las primarias por la candidatura demócrata, que se abrieron el pasado febrero con los caucus de Iowa y que permanecen prácticamente congeladas por la crisis del coronavirus, se ha podido comprobar precisamente el esfuerzo de los candidatos por dirigirse al público en español.
La carrera electoral de este año va a estar dominada por la gestión por parte del presidente Donald Trump de la crisis sanitaria, las medidas que se tomen y el impacto que tengan principalmente en la economía, «los hispanos van a tener un papel determinante en la elección», insiste el presidente de The Hispanic Council. «En 2016 Hillary Clinton no consiguió el mismo nivel de apoyo que Obama entre los votantes hispanos y Trump consiguió un resultado bastante razonable entre estos electores -explica-. Por tanto, uno de los factores a tener en cuenta será el nivel de participación de los hispanos en la votación y un elemento importante puede ser el conectar con ellos a través del idioma español».
El propio informe de The Hispanic Council advierte de que la menor participación de la comunidad hispana en los proceso electorales de EE.UU. es «un factor limitante para que el uso del español en la política gane fuerza». En las elecciones de 2016 solo fueron a votar un 47,6% de los hispanos con derecho a hacerlo, más de doce puntos por detrás de los negros, con un 59,6%, y muy por debajo de la de los blancos, con un 65,3%.
Aunque en las elecciones de mitad de mandato en 2018 se incrementara la participación hispana con respecto a las anteriores, señala el documento, «una mayor movilización de este grupo y una mayor implicación en la vida política del país tendría un impacto directo en el uso del español en el Congreso de Estados Unidos».
Fuente: ABC