50,4%. Esa es la cifra estimada de la caída de la actividad de la economía venezolana hasta el tercer trimestre de 2020.
Así lo informó el Observatorio Venezolano de Finanzas de la Asamblea Nacional, en un informe divulgado el miércoles 16 de diciembre.
“El principal factor que ha motorizado la caída de la actividad económica ha sido la producción petrolera, la cual denotó una contracción de 43% en octubre de 2020 respecto a similar mes de 2019, la cual arrastró a los a sectores conexos a esa actividad como son los casos de la metalmecánica, química y servicios, entre otras”, precisó el Observatorio.
Déficit fiscal y petróleo
Por otra parte, el informe incluye que otro de los aspectos que castiga a la ya menguada economía se relaciona con la situación fiscal y la carencia de la contribución del sector petrolero.
“La situación fiscal se ha agravado por un fenómeno que no se había visto en Venezuela: la virtual desaparición de la contribución fiscal petrolera”, mencionó.
En ese sentido, se explica que este fenómeno es producto de la disminución efectiva de las cotizaciones del petróleo, provocada, por un lado por la reducción de los precios de los hidrocarburos.
“Pero también se debe a los descuentos que se conceden a los compradores y el elevado costo de los fletes en vista de los nuevos mercados localizados básicamente en Asia”, precisó.
A ello se unen, de acuerdo con el documento, el derrumbe de la recaudación del IVA debido a la baja del consumo, lo que ha afectado sensiblemente las finanzas públicas.
“En estas circunstancias, el financiamiento inflacionario del BCV se ha incrementado, especialmente desde septiembre, añadiendo presión sobre el tipo de cambio y los precios”, puntualizó.
La pandemia
Asimismo, indicó que un factor fundamental que contribuyó a debilitar la producción fue la pandemia de covid-19, que se extendió en el territorio venezolano en el mes de marzo.
“Efectivamente, desde abril de 2020 con la declaratoria de emergencia sanitaria, el cierre de buena parte de los establecimientos industriales y comerciales significó la paralización de renglones productivos donde no era posible el trabajo digitalizado, principalmente en la manufactura y el comercio. La incidencia del covid-19 fue doble: por una parte afectó la cantidad del tiempo trabajado y por tanto el producto generado. Por otra parte, la demanda agregada se resintió debido a la reducción del ingreso nacional disponible de la economía para conformar una contracción pronunciada de la actividad económica”, indicó.
Y añadió: “Con los actuales niveles de salario, no parece factible una recuperación de la economía, por la debilidad del consumo que ello involucra”.
“En estas circunstancias, el financiamiento inflacionario del BCV se ha incrementado, especialmente desde septiembre, añadiendo presión sobre el tipo de cambio y los precios”, puntualizó.
La pandemia
Asimismo, indicó que un factor fundamental que contribuyó a debilitar la producción fue la pandemia de covid-19, que se extendió en el territorio venezolano en el mes de marzo.
“Efectivamente, desde abril de 2020 con la declaratoria de emergencia sanitaria, el cierre de buena parte de los establecimientos industriales y comerciales significó la paralización de renglones productivos donde no era posible el trabajo digitalizado, principalmente en la manufactura y el comercio. La incidencia del covid-19 fue doble: por una parte afectó la cantidad del tiempo trabajado y por tanto el producto generado. Por otra parte, la demanda agregada se resintió debido a la reducción del ingreso nacional disponible de la economía para conformar una contracción pronunciada de la actividad económica”, indicó.
Y añadió: “Con los actuales niveles de salario, no parece factible una recuperación de la economía, por la debilidad del consumo que ello involucra”.
Al respecto, acotó que por el contrario, dicho encaje legal ha ocasionado una restricción sin precedentes del crédito bancario, que a su vez ha contribuido a profundizar la recesión de la economía.
El bolívar quedó para pagar el pasaje
En lo concerniente al régimen monetario, el Observatorio de Finanzas menciona la extensión del dólar como moneda de uso frecuente, ganándole cada vez más terreno al bolívar.
“Conforme la hiperinflación se consolida, la sustitución monetaria ha tomado una fuerza inusitada a lo largo de 2020. De acuerdo con la firma Ecoanálitica, 65,9% de las transacciones de la economía en noviembre de 2020 se realizó en dólares”, indicó.
Acotó que la dolarización financiera de activos y pasivos bancarios, no se aprecia de una magnitud relevante, principalmente en lo que se refiere al crédito bancario, a pesar de la indexación de la cartera de crédito al movimiento del precio del dólar.
“La dolarización ha sido la respuesta natural de la economía ante la destrucción del sistema monetario y del bolívar y como consecuencia de ello este ha perdido sus atributos como moneda. El bolívar ha quedado reducido al pago del transporte colectivo y de algunos servicios públicos”, aseguró.
Desigualdad
Aunque una considerable cifra superior a 60% de las transacciones se realicen en divisas, el Observatorio indicó que no todos los venezolanos tienen acceso a la moneda estadounidense, por lo tanto, la dolarización de facto se ha convertido en un elemento de desigualdad.
“La dolarización ha significado una ampliación de la desigualdad entre los venezolanos, por cuanto aquellos sectores que reciben ingresos en divisas tanto por trabajo como por remesas han podido sostener medianamente su nivel de consumo, a diferencia de aquellos que no perciben divisas y cuyo consumo se ha desplomado. La caída del consumo privado durante 2020 se estima en 25%, declinación esta que no ha podido ser compensada con la entrada de capitales producto de las remesas y otros ingresos”, finalizó.