Sabíamos que tenía que ser varón y blanco, por aquello de la compensación, y así ha sido. Tim Walz, gobernador de Minnesota, de 62 años, es ambas cosas. Y también la perfecta parodia del demócrata woke de manual, hasta el ridículo, un hombre que ha cambiado la bandera de su estado para que se parezca sospechosamente a uno de los estados de Somalia.
Walz lo tiene todo. Al principio de su carrera, el gobernador y excongresista que ocupó dos mandatos se hacía pasar por moderado, pero con el tiempo se ha ido inclinando hacia la izquierda hasta aplicar una agenda progresista hasta el absurdo.
Como gobernador, Walz dio a más de 55.000 personas que habían estado encarceladas la posibilidad de volver a votar. También firmó una ley que legaliza la marihuana recreativa, endurece las leyes sobre armas, convierte el aborto en un «derecho fundamental» y preserva las intervenciones médicas legales para «niños trans».
Sobre todo, Walz era gobernador cuando los violentos disturbios por George Floyd arrasaron Minneapolis, la ciudad más importante de Minnesota. Los disturbios provocaron al menos dos muertes, más de 600 arrestos y más de 500 millones de dólares en daños materiales a cientos de empresas. Después la fuerza policial de la ciudad perdió agentes.
Durante la pandemia de COVID, Walz declaró el estado de emergencia en tiempos de paz, forzó el cierre de colegios y restaurantes, y exigió el uso de mascarillas. Los republicanos criticaron a Walz por sus estrictas restricciones, así como por las muertes en los hogares de ancianos del estado. También le acusaron de negarse a entablar relaciones con ellos a diferencia de otros gobernadores demócratas.
El representante republicano por Minnesota, líder de la mayoría en la Cámara y paisano suyo Tom Emmer ha calificado a Walz como «un progre chiflado» en declaraciones a Breitbart. «Este tipo ha gobernado como un liberal de Minneapolis», aseguró. «Es muy progresista y francamente si es la elección es porque Bernie Sanders y Elizabeth Warren se han salido con la suya», manifestó, identificándolos como «los que han estado abogando por que este loco progresista sea el elegido como candidato a vicepresidente».
No importa el tema que se elija, pueden apostar que Walz tendrá una declaración o habrá aplicado alguna medida que lo sitúe en el extremo izquierdo. Cuando los disturbios de Black Lives Matter iniciados en su estado, se puso decididamente de parte de los violentos, a los que llegó a permitir que quemaran una comisaría de Policía sin mover un dedo para impedirlo.
Walz firmó una ley que permite a los menores de edad someterse a castraciones o mastectomías (también conocidas como «cirugía de reasignación») en Minnesota. Firmó un proyecto de ley que obliga a las escuelas a poner tampones en los baños masculinos.
Bajo el liderazgo de Walz, Minnesota ofrece matrícula universitaria gratuita a inmigrantes ilegales. Y firmó un proyecto de ley que otorgará licencias de conducir a potencialmente 77.000 inmigrantes ilegales. Llegó a decir, cuando Trump endureció las restricciones para entrar en Estados Unidos, que compraría escaleras para ayudar a los ilegales a salvar el muro.
Walz defendió abiertamente el socialismo la semana pasada durante un evento de ‘White Dudes’ por Harris, diciendo que socialismo es lo que otros llaman «ser buenos vecinos».