Una vez más, el kirchnerismo destruye el renombre del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Es que, en estas circunstancias, además de ser un organismo en un lugar físico, es necesario que tenga características que las otras instituciones argentinas no tienen. Reputación, previsibilidad, independencia, todas cuestiones vinculadas a lo que debería ser un comportamiento respetable, ausente en los organismos públicos nacionales. Luego de la falsificación de los índices en el primer kirchnerismo, ahora viene un nuevo pisoteo. Algo insólito, incluso para los pobres estándares del Frente de Todos.
Aunque la inflación mensual que informa el Indec ya es bastante tramposa de por sí (ya que contabilizan tarifas pisadas y precios regulados de productos que no se encuentran en las góndolas) ahora el vocero oficial decide esquivar la presentación correspondiente a abril por cuestiones político electorales. Resulta que el próximo informe, que dejará en evidencia que la espiral inflacionaria continúa, estaba agendado para el viernes 12 de mayo. Sin embargo, como si tuviera algo que ver, ese fin de semana se realizan varios comicios provinciales, de distritos que tienen separada sus fechas del cronograma nacional. Para evitar los merecidos cuestionamientos al kirchnerismo el fin de semana que se vota en Tucumán, Salta, San Juan y Tierra del Fuego, el INDEC presentará el índice de abril el lunes siguiente a las elecciones.
Lo insólito es que el ente encargador de las estadísticas, manejado por el peronista Marco Lavagna, reconoció que la postergación está vinculada a motivos de índole electoral. Argumentaron que publicarán el relevamiento del mes pasado después de las elecciones para respetar la “veda electoral”. Sin embargo, las prohibiciones vinculadas a esta medida tienen que ver con la propaganda política el fin de semana de las elecciones. ¿Qué tiene que ver la publicación de los índices oficiales? En lo formal y legal, absolutamente nada. Lo único que quiere el oficialismo, que confunde las dependencias estatales con organismos partidarios que pueden manejar a discreción, es evitar que la gente tenga la confirmación de lo que ve en las góndolas todos los días. Que los precios no dejan de subir y que la inflación sigue por las nubes.
Más allá del número que informen luego de los comicios, los ciudadanos de todas estas provincias, como también a nivel nacional, saben que el gobierno fracasó estrepitosamente. Lo único que logran con estas iniciativas arrebatadas y espasmódicas es continuar dañando el poco prestigio que tienen las entidades públicas. ¿Cuántos votos mantendrán posponiendo un índice de inflación?