Algo no anda bien en las usinas comunicacionales del kirchnerismo. El nivel de desesperación del oficialismo es tal, que les resulta absolutamente imposible evitar la torpeza. En las primeras horas luego del ataque a Cristina Fernández de Kirchner se vivió una suerte de euforia, donde se planteaba la “unidad nacional, pero no a cualquier precio”. Es decir, la paz social aportada por el oficialismo ante el silencio de las voces críticas.
Apenas quedó en evidencia que el gobierno quiso aprovechar políticamente los hechos del último jueves, la población empezó a tomar distancia de un relato oficial poco creíble: que un atacante decidió volarle la cabeza a la vicepresidente, producto del “discurso de odio” que sale permanentemente desde los medios críticos y la oposición. Las sugerencias de legislaciones restrictivas a la libertad de prensa y opinión, generó indignación a la gran mayoría de un país que CFK y su séquito siguen subestimando.
Desde el pasquín oficial Página/12 se llegó a vincular con el supuesto intento de magnicidio a los dirigentes opositores Patricia Bullrich y Javier Milei de la forma más delirante. Para empezar, le dieron visibilidad a un enfermo mental que celebró el ataque que recibió la vicepresidente en la puerta de su casa. José Derman fue señalado como “libertario” y “neonazi” al mismo tiempo, lo que indica que los redactores del panfleto oficialista o son completos ignorantes en materia de ciencias políticas, o están tratando de brutos a sus lectores. Desde un artículo, donde reconocen que el susodicho fue declarado “inimputable” y trasladado a un neuropsiquiátrico, escribieron:
“Derman era encargado del Centro Cultural Kyle Rittenhouse, espacio neonazi que también reivindicaba las figuras políticas de Patricia Bullrich y Javier Milei”.
El kirchnerismo, tan preocupado por las “fake news” que supuestamente proliferan contra el oficialismo, hace cualquier cosa para embarrar la cancha y nombrar a dos representantes opositores en un episodio que nada tienen que ver. Aunque era obvio, tanto Bullrich como Milei tuvieron que salir a aclarar que no tienen la más pálida idea sobre quién es Derman.
Sin embargo, no solamente los medios de comunicación alineados repiten estupideces que ya no pueden ni justificar los propios. La misma dirigencia oficialista dice tonterías en las redes sociales y cientos de usuarios los refutan, mostrándoles las contradicciones de los supuestos abanderados del amor.
Mayra Mendoza, intendente de Quilmes, criticó la rechazo de la oposición de sentarse a discutir cualquier proyecto violatorio a la libertad de expresión, que supuestamente busca terminar con los «discursos de odio». Pero los comentarios fueron lapidarios.
Muchos usuarios le recordaron que recientemente, la jefa comunal llamó a prender fuego a un muñeco del expresidente Mauricio Macri. Claro que la intendente de Quilmes no pudo responder absolutamente nada.
Mientras tanto, el archivo les pasa factura a todos los dirigentes K que insisten con la necesidad de un proyecto regulatorio, para terminar con la supuesta incitación a la violencia. Uno de los voceros del inconstitucional proyecto fue Luis D´Elía, que tampoco pudo responder cuando la gente le recordó en su cuenta de Twitter que había llamado a «fusilar» a Macri en Plaza de Mayo.
Las mentiras tienen patas cortas y en internet mucho más…