Ramiro Grau Morancho,
No sé de qué frenopático se han escapado Pedro Sánchez y su banda, pero la situación ya no es simplemente esperpéntica, sino alarmante, muy alarmante.
Voy a dejar de perder el tiempo criticando las paridas y ocurrencias de la mayoría de los ministros, pues este gobierno no gobierna nada…
Simplemente, intentan mantenerse a flote, el mayor tiempo posible, hasta la derrota final.
¿Cuánto tiempo lograrán sobrevivir?
Pues depende de nosotros, y de que el Jefe del Estado, los jueces, el Ejército, la iglesia, las organizaciones empresariales, etc., cumplan con su deber.
Una sociedad civil -¿o debería decir suciedad civil?- totalmente inexistente, en donde al que dice algo rápidamente le señalan –nos señalan- con el dedo acusador, como culpables de la situación, cuando somos unos meros relatores de lo que acontece, para espanto y escarnio de las futuras generaciones.
Ahora ya no hay terroristas malos.
Hay terroristas malos, y terroristas buenos, que son los que apoyan al gobierno.
Y en Cataluña, en 2017, no hubo un golpe de Estado, ni actuaciones terroristas.
Fue, simplemente, el sueño de una mala noche de verano, que ya sabemos que en Barcelona, con el calor y la humedad, se duerme mal en verano.
A mayor abundamiento, vid. mi libro “El Golpe de Estado Catalán”, crónica periodística de una buena parte de lo sucedido, al menos de la parte más pública y conocida.
Escrito desde la imparcialidad y la objetividad, con arreglo a mi conciencia, leal saber y entender.
Si tienen alguna duda, pueden preguntar a los numerosos policías nacionales heridos, algunos inválidos permanentes, por los daños sufridos a manos de los “terroristas… buenos”.
Tenemos un ministro de cultura, en su caso de incultura, empeñado en acabar con los grandes museos nacionales, y con la gigantesca herencia de la Hispanidad, que debe de pensar es un concepto discutido y discutible, como decía Zapatero de la nación española.
De la gran nación española, que no colonizó a nadie, sino que creó 38 universidades en Hispanoamérica, y llevó allí la lengua española, la religión católica, y una gran parte de nuestras tradiciones y costumbres.
Tres vicepresidentas del gobierno, a cual peor… Una que es una auténtica arpía, que no habla, sino insulta directamente, otra que ataca al poder judicial, único poder que no ha podido ser “okupado” por la PSOE, y otra que habla para bordelines, y considera que el diálogo social es hacer lo que a ella le sale del potito…
¿Qué nos está pasando?
¿Cómo es posible que la mayoría de la población española siga agachando la cabeza, obedeciendo a un gobierno que gobierna contra España, y contra los españoles, y pasando de todo?
¿Qué hemos hecho mal para merecer este sufrimiento?
Y, sobre todo, ¿qué herencia vamos a dejar a nuestros hijos y nietos?
Mucho me temo que acabaremos implantando los fines de la Agenda 2030: “No tendréis nada, y seréis felices”, aunque cambiando un poco el lema: no tendréis nada, y seréis unos desgraciados.
El único partido que podría, y debería, exigir la responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno, según el art. 102 de la Constitución, es el PP, pero mucho me temo que no está por la labor.
El apartado 2 de ese artículo dice textualmente que:
“Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo”.
La cuarta parte de los 350 diputados serán 88, creo recordar, y únicamente el PP podría hacerlo.
Pero igual que hay dos clases de terrorismo, para el actual gobierno, el malo y el bueno, que les apoya a ellos, también hay dos clases de oposición, los malos, VOX, y los buenos, los que les apoyan, el PP menguante de Feijóo.
Por favor, el último en marcharse de España, que apague la luz, que está carísima.
Que Dios nos coja confesados ante lo que se avecina.