sábado, noviembre 2, 2024
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El “peritaje” del TSJ: una recusación, falsos observadores y un proceso viciado

El “peritaje” del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) –bajo dominio del chavismo– para intentar validar los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) –también controlado desde Miraflores– que dieron como ganador de la elección presidencial a Nicolás Maduro sin totalización, sin publicación de actas y sin auditorias a casi un mes de la elección, no convence a nadie fuera del círculo políticos del régimen. Organizaciones de observación internacional, periodistas, partidos que participaron en los comicios y destacados dirigentes de oposición han expuesto la larga lista de anomalías de dicho proceso de “verificación” con el que se pretende tapar la irregularidad mayor: el fraude electoral.

El proceso en sí muestra claros sesgos e incumplimiento de las condiciones mínimas para una evaluación de esta naturaleza. Lo que el panel de expertos de la ONU denunció en el punto 14 de su informe presentado la semana pasada se ha agravado. “No hay información detallada disponible hasta la fecha sobre cómo se llevará a cabo esta evaluación”. Y es que el TSJ acudió sorpresivamente el domingo al CNE para iniciar el supuesto “peritaje” sin convocar a los actores involucrados en la elección, es decir, los partidos políticos postulantes ni los organismos de veeduría internacionales acreditados por el propio ente electoral y, en su defecto, invitó a unos falsos observadores, conocidos popularmente como “observadores zombie”.

El cuestionado “peritaje” del TSJ con falsos observadores

Transparencia Electoral ha sido una de las organizaciones internacionales que ha denunciado esta irregularidad. “Para intentar darle legitimidad a un proceso fraudulento, el CNE y la Cancillería invitaron a centenares de militantes de partidos afines al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en calidad de ‘observadores’, ‘veedores’ o ‘acompañantes’ internacionales, aunque no tenían ninguna preparación para ello”, expresa en un informe la organización que también acudió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar directamente al presidente del CNE, Elvis Amoroso, por “su papel protagónico en el fraude del 28 de julio”.

El Observatorio del Pensamiento Estratégico para la Integración Regional y el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela) son los veedores internacionales que acompañan a los peritos del TSJ en su labor de “verificar” que una muestra (no precisada) de las actas de 30026 mesas de votación coincidan con las bitácoras de la sala de totalización del CNE. Primero, se trata de dos instituciones que han manifestado abiertamente su parcialidad hacia el chavismo al haber expresado previamente su satisfacción con los resultados que dieron ganador a Maduro sin totalización, sin actas y sin auditorias. Y segundo, el procedimiento en cuestión no permite comprobar prácticamente nada.

Sin verificación, sin auditoria y sin testigos
Con este “peritaje” que realiza el TSJ no se está verificando si el material entregado por el CNE se corresponde con el del 28 de julio o fue generado en días posterior, tampoco se está comprobando la autenticidad de las firmas digitales en las actas, el hash que emite las máquinas ni el código QR, ni se están ejecutando las tres auditorias esenciales que el CNE canceló sin explicación alguna, según detalla en un hilo en su cuenta en X el periodista especializado en la fuente electoral, Eugenio Martínez.

Por si fuera poco, los partidos que respaldaron la candidatura de Edmundo González, Mesa de Unidad Democrática (MUD), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Movimiento por Venezuela (MPV) denunciaron que no fueron informados ni estuvieron presentes en el CNE durante “el supuesto peritaje” que el TSJ “dice hacer del material electoral”, por lo que dicha “verificación” se realizó a puerta cerrada y sin las partes, lo que lleva a la coalición opositora a pedir una vez más la “publicación de las actas de escrutinio” y que posteriormente se valide su autenticidad mediante “auditorias independientes”.

A pesar de todas estas irregularidades, los supuestos técnicos y expertos electorales del TSJ avanzaron con dicho peritaje sin explicar en qué consiste la metodología de su evaluación ni quiénes son realmente estas personas que se ven en una transmisión de la televisión estatal con guantes y mascarillas haciendo parte de una puesta en escena que ha dejado más dudas debido a la cantidad de detalles que se han podido observar como computadoras desconectadas y, ante la baja calidad de las imágenes, actas que parecen estar en blanco y hojas en las que supuestamente los peritos hacen apuntes pero no hay escrito nada.

Una recusación por evidente “vínculo político”
Tampoco se puede pasar por alto el hecho ya conocido de que tanto el presidente del CNE, Elvis Amoroso, como la presidente del TSJ quien preside además la Sala Electoral, Caryslia Rodríguez, vienen de la militancia política en el Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV) –lo que ya evidencia total parcialidad– y que el máximo tribunal felicitó “al jefe de Estado Nicolás Maduro por su reelección” al día siguiente de la jornada electoral sin totalización de resultados, lo que obligaría a dicha corte a inhibirse por haber fijado posición previa. Es por este motivo que el excandidato presidencial, Enrique Márquez, presentó este martes un recurso de recusación contra Caryslia Rodríguez por sus evidentes “vínculos políticos” y “falta de idoneidad” para continuar con esta causa.

La UE califica recurso ante el TSJ como “el colmo del sarcasmo”

Con este escenario, la sentencia que emita la Sala Electoral del TSJ, basada en el informe de este peritaje, nada podrá aportar a los intereses del régimen de convencer a por lo menos una parte de la comunidad internacional de su supuesta victoria. Hace pocas horas, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, reiteró que “si los resultados no se pueden verificar, no se pueden aceptar” y calificó como “el colmo del sarcasmo” el hecho de que Maduro haya acudido al Tribunal Supremo “para que lo defiendan”, dejando claro que cualquier fallo del Poder Judicial no cambiará su posición. “Está muy pendiente (Maduro) de que el Tribunal Supremo de Venezuela emita una sentencia, y no sé qué va a emitir como sentencia porque su función no es contar los resultados electorales”.

EEUU exigirá cuentas a quienes permitan el fraude

Casi en paralelo, el secretario adjunto del Departamento de Estado de EE. UU. para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, señaló que su gobierno “exigirá cuentas a quienes permitan el fraude electoral y la represión”, a propósito del hecho de que han pasado “más de tres semanas desde las elecciones del 28 de julio y Nicolás Maduro y sus representantes siguen negándose a publicar las actas originales que reflejan las verdaderas aspiraciones de los venezolanos para el futuro de su país”.

¿A quién convencerán con el “peritaje” del TSJ?

No se puede olvidar que previo al lapidario informe del panel de expertos de la ONU, que no solo advierte sobre la falta de transparencia de los boletines oficiales que dan como ganador a Maduro sino que además corrobora que las actas publicadas por la oposición se corresponden con los resultados originales, habían coincidido también el Centro Carter –observador invitado por el propio CNE– y la Misión de Observación Electoral (MOE) de Colombia en que el ganador de la elección con más de 60 % de los votos fue el candidato opositor Edmundo González Urrutia.

La resolución de la Organización de Estados Americano (OEA) aprobada por consenso y la declaración firmada por 22 países y la Unión Europea en Santo Domingo, República Dominicana, elevaron la presión internacional la semana pasada. Y para mayor dolor de cabeza en Miraflores, los aliados históricos del chavismo, los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro, también han dejado claro que es al CNE al que le corresponde publicar las actas y no al TSJ certificar la elección con una sentencia. Entonces, ¿a quién logrará convencer el régimen con este fallo? Solamente al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que asomó esta posibilidad tras separarse del grupo de negociación del que hacía parte junto con sus homólogos de Brasil y Colombia.

Para el resto del mundo democrático seguirá siendo un “montaje”, tal como advirtió este martes el exgobernador del estado Bolívar, Andrés Velásquez, cuando le pidió al TSJ no perder tiempo con su “acto bufo de ‘peritaje’”, adelantando lo que ocurrirá: “Nadie ni en Venezuela ni en el mundo les va a creer”.

Fuente: Panampost

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