Los consumidores estadounidenses pagan en estos momentos un incremento de más del 50% en las estaciones de gasolina, respecto al año anterior, según informes oficiales sobre el índice de precios.
El 3 de julio del 2008, el precio del petróleo en EEUU registró 145.31 dólares el barril, el precio más alto desde 1986 hasta ahora, mientras que el 20 de abril del 2020 ocurrió lo contrario: -36,98 dólares, el mínimo.
La tendencia en espiral del petróleo
Darren Woods, director ejecutivo de Exxon Mobil Corp., opina que la falta de inversión «exacerbará la tensión entre la oferta y la demanda a medida que las economías se recuperen».
Bank of America Corp. pronosticó la semana pasada que los precios podrían subir a 100 dólares a ese nivel y Goldman Sachs Group Inc. dijo que no descarta esa posibilidad.
La reapertura económica a nivel mundial ha sido uno de los factores que ha impulsado el precio, pero en cada país existen sus especificidades, luego de que en el 2020 la pandemia del COVID-19 afectara los mercados de esta industria.
En EEUU, la administración Biden ha emprendido un plan de medidas contra la industria de combustibles fósiles como el petróleo, el gas, el carbón y otros derivados para desarrollar las llamadas energías limpias (eólica, solar, eléctrica).
El plan no escapa del escrutinio de los republicanos, economistas y expertos de la industria por su altísimo costo en las inversiones con una proyección a largo plazo y la pérdida de miles de empleos, como el caso de la paralización del oleoducto Keystone XL y de Enbridge, en Michigan, bajo una fuerte recesión económica causada por la pandemia.
El presidente ejecutivo de BP Plc, Bernard Looney, dijo que «la subida de los precios están ayudando a la recuperación acelerada del sector». «Hay muchas posibilidades de alcanzar los $100 por barril, pero, en los próximos años, podríamos ver nuevamente una disminución», comentó también el director ejecutivo de TotalEnergies, Patrick Pouyanne.
Fuente: Diario las Américas