Rosario Murillo, vicepresidente del régimen de Daniel Ortega, celebró el lunes el 44 aniversario del triunfo simbólico de la revolución sandinista, evento que coincidió con la salida del país en 1979 del entonces dictador Anastasio Somoza Debayle, quien sería finalmente derrocado el 19 de julio de aquel año.
Murillo ha calificado la jornada como un «día de la alegría», arguyendo que hace más de cuatro décadas partió de la nación centroamericana «el último marine», en alusión al respaldo norteamericano con el que entonces contaba el régimen de Somoza.
Paradójicamente Ortega totaliza ya casi 22 años en el poder, si se suma el período de su primera presidencia (1985-1990) y el de la que ejerce desde 2007; esto sin contar los 5 años que pasó como coordinador de la junta de gobierno que nombraron los sandinistas a la caída de la tiranía somocista. Durante todo este tiempo ha encabezado un régimen que ha sido tanto o más cruel que ésta, donde han abundado los presos, asesinados y desterrados por razones políticas.
En el marco del 44 aniversario del triunfo de la revolución sandinista la dictadura nicaragüense ha recibido abundantes felicitaciones de distintas autocracias y regímenes no democráticos del mundo. Entre quienes enviaron su saludo a Ortega este lunes se encuentran, por ejemplo, el líder de la dictadura norcoreana, Kim Jong-Un y el actual presidente de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisí.