Eduardo Martínez,
Venezolano que estás aquí, lejos de nuestra tierra, no te olvides de tus hermanos que te vieron partir. Asumiste el reto del riesgo de los que emigran, en tanto dejaste atrás a quienes permanecieron corriendo los riesgos del reto de quedarse.
Es hora de darnos cuenta que Venezuela, más que una tierra, es un sentimiento amplio que recorre los cinco continentes. Ya no está limitada a más de 900 mil kilómetros cuadrados de extensión. En estos tiempos cubre todo el globo.
Venezuela nunca fue mezquina con aquellos migrantes que llegaron a lo largo del Siglo XX. Como hoy en día tampoco lo es, cuando comparte sus hijos con más de 100 países. Venezolanos que han llegado por todos medios posibles, incluyendo el caminar, casi, con los pies descalzos, pero llenos de optimismo y confianza en el futuro.
El petróleo dejó de ser el principal producto de exportación venezolano. Son los venezolanos que llegan con su valija cultural, con su música, sus comidas y sus costumbres.
Hay quienes corren suerte, por tener una buena preparación académica y experiencia laboral, logrando su inserción en el mercado laboral. Hay quienes se reinventan y se dedican a emprendimientos que les permiten dar buena vida a sus familiares.
En este sentido, los venezolanos son la legión más numerosa de motorizados que reparten los “deliveries”. Un nicho del mercado laboral, que creció con la cuarentena, cuando los venezolanos supieron aprovechar su tradición de motorizados.
Esta panorámica de los venezolanos en el mundo ha sido posible por dos factores: por la preparación que recibieron en Venezuela; y la tradición familiar de superación.
Esa tradición es lo que hizo, que los padres y familias venezolanas tuvieran por décadas el empeño de que sus hijos estudiaran y se graduaran. Lo que hasta finales del Siglo XX los distintos gobiernos también tuvieron el empeño de propiciar.
Mientras en Lima habitan más de un millón de venezolanos, en la Patagonia argentina y al sur de Chile, médicos venezolanos son quienes tienen a su cuidado la población más desfavorecida.
Los venezolanos en el exterior suman más de 7 millones. Si contamos bien, nos daremos cuenta que de cada cuatro venezolanos, al menos uno se fue. Eso significa que cada familia venezolana tiene al menos un miembro que no está.
Venezolano que te fuiste, y que te acuerdas de los tuyos con las remesas, no te olvides de la Venezuela en toda su extensión. Ayuda a quienes llegan, piensa en quienes se quedaron. Fortalece en tus hijos “el ser venezolano” y en seguir “siendo” venezolano, que hablen español con ese saber venezolano que nos distingue. No dejes que tus hijos pierdan tu idioma. Y sobre todo, incorpórate a las asociaciones comunitarias de venezolanos repartidas por el mundo, en su labor de agrupar, influir, promover y proteger la venezolanidad. www.venamerica.org.