El fondo estableció el llamado Instrumento de Financiamiento Rápido en 2011 para otorgar un préstamo de una sola ocasión y ayudar a los países de bajos ingresos a enfrentar los golpes económicos derivados de desastres naturales.
La cantidad que cada país puede pedir es el equivalente al 100% de la cuota que aporta al FMI, que en el caso de El Salvador es de $380 millones.
“La recuperación que esperábamos hace unos meses no ocurrirá y un 2020 con crecimiento negativo no es un escenario improbable”, advirtió Alejandro Werner, analista del organismo para América, al portal mexicano La Jornada. “El aumento resultante en los costos de endeudamiento (en América Latina) expondrá las vulnerabilidades financieras que se han acumulado durante años de bajas tasas de interés”.
El reporte deja claro que Latinoamérica, en donde la pandemia provocada por el coronavirus se está agudizando, la economía tendrá un «impacto profundo».
Venezuela también está buscando acceso a esa línea de crédito para enfrentar el coronavirus, aunque su petición por hasta $5.000 millones de dólares fue rechazada de inmediato por el organismo, bajo el argumento de que tiene prohibido trabajar con esa nación hasta que sus 189 miembros acuerden reconocer a un solo líder: el dictador Nicolás Maduro o el presidente legítimo Juan Guaidó, líder opositor que tiene el respaldo de EEUU y otras 60 naciones.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha sido uno de los líderes en Latinoamérica que ha buscado enfrentar la propagación del coronavirus de manera más agresiva: impuso restricciones a la entrada chinos semanas antes de que se confirmara el primer caso en la región. También fue el primer país que prohibió la entrada de viajeros internacionales.
Fuente: Diario las Américas